10 de diciembre de 2022

El gigante rojo. Una historia del baloncesto soviético.

Los autores Marc Bret y Nacho Morejón nos traen un librazo de Historia del Baloncesto, el recorrido del baloncesto soviético desde sus inicios en la década de los cuarenta hasta su implosión a finales de los años ochenta y principios de la década de los noventa del siglo pasado. 

Hay que agradecer a los autores su gran labor de investigación, que se nota tanto en testimonios de primera mano de los protagonistas como con una buena colección de fotos, muchas de ellas que pertenecen a los archivos privados de los que posaron para ellas o de sus familiares. 

La historia del baloncesto soviético es, por derecho propio, historia del baloncesto mundial. La polarizacion política del mundo durante gran parte del siglo XX tuvo un fiel reflejo en el deporte, utilizado por ambas superpotencias como un elemento propagandístico ideal para ensalzar las virtudes del sistema político y económico propio. Podríamos quizás hablar de una guerra templada, como contrapartida a la guerra fría del momento. 

 

Desde el principio del régimen bolchevique, el deporte tomó un lugar principal en sus esfuerzos. Promovieron las espartaquiadas como una suerte de juegos olímpicos del proletariado, al principio acotadas a los pueblos que formaban parte de la Unión Soviética y, después de la Segunda Guerra Mundial, ampliada a los países que se integraron en el Pacto de Varsovia. 

Dentro del deporte en general, el baloncesto era una de las joyas de la corona, por lo que ello representaba. Los inventores y reyes indiscutibles del baloncesto eran la némesis del régimen soviético. Por eso, derrotarles en la cancha sería un sucedáneo de hacerlo en los campos de batalla, sin los riesgos de una guerra nuclear que ya se oteaban en el horizonte. 

El libro explica con todo lujo de detalles cómo se trabajaba la base baloncestística, la organización de las competiciones locales y el reparto de los mayores talentos. Todo estaba subordinado al éxito de la selección en competiciones internacionales mientras que en las domésticas se intentaba favorecer al equipo del Ejército Rojo en Moscú, el TSKA que compitió de tú a tú con equipos occidentales, principalmente italianos y el Real Madrid, que apareció después del dominio del ASK Riga del gigante Janis Krumins y de un personaje que se convertirá en factótum del baloncesto: Alexandr Gomelski. 

El verdadero gigante rojo
 

La Unión Soviética desarrolló programas que consiguieron arrollar en los Eurobasket desde 1947 hasta 1971, con once títulos de trece posibles, hasta la irrupción de Yugoslavia como potencia europea (con una filosofía de reparto de talento entre sus equipos). 

En los campeontatos del mundo también se cosecharon éxitos, si bien más dispersos y poco satisfactorios porque los equipos enviados por Estados Unidos no tenían la misma entidad que los que enviaban a los Juegos Olímpicos. 

Eran los Juegos la joya de la corona del baloncesto mundial, y ahí chocaban los soviéticos una y otra vez contra un muro hasta el polémico triunfo de 1972, efectivo en lo propagandisticio, pero poco satisfctorio en lo deportivo. Esperaron dieciséis años hasta conseguir vencer en Seúl en 1988, derrotando en semifinales a un equipo estadounidense que contaba con dos números uno del sorteo universitario, David Robinson y Danny Manning, pero dirigido en el banquillo por John Thompson, de infausto recuerdo, que no supo sacar partido de un equipo que contaba además con Dan Majerle y Charles Smith. 

Por el lado soviético, el maquiavélico Gomelski sí lo hizo de un equipazo con Volkov, Marciulionis, Sokk, Tikhonenko, Belostenny, Tarakanov, Kurtinaitis, Homicius, Miglieniks, Pankrashkin, Goborov y un renacido Sabonis. 

El gigante rojo somete al capitalismo
 

Pocos podrían esperar que al pico máximo le seguiría tan rápido el valle más profundo. Decepción en el Eurobasket 89 y un Mundobasket 90 en el que ya no participaron los lituanos. La URSS no participó en el Eurobasket 91 y en los JJOO de Barcelona lo hicieron bajo denominación de CEI, sin los estados bálticos que ya habían declarado su independencia. 

Toda esta epopeya, con sus personajes, sus luces y sus sombras, está contada de forma amena en el libro. Salen a la luz circunstancias que ya habían estado bajo sospecha, como que la causa de las sorprendentes ausencias de jugadores o técnicos (Mishkin o el propio Gomelski, por ejemplo), se debían a causas políticas o haberles pillado con contrabando en algún viaje de gira por el extranjero, en el que los participantes se aseguraban ingresos extra que ayudaban a paliar las duras condiciones de vida en un sistema comunista. 

Eran otros tiempos, más duros. Agentes KGB y comisarios políticos acompañando las expediciones, algunos jugadores actuando como soplones de sus compañeros a cambio de mayores privilegios, el sistema de recompensas con los que se motivaba a los jugadores como conseguir un coche sin lista de espera u obtener un piso o apartamento más grande... Parece todo sacado de una película o de un libro. 

Con todo, la historia del baloncesto y del mundo no se entiende sin el baloncesto soviético y la larga lista de nombres míticos que ha dejado detrás.

El gigante rojo. Una historia del baloncesto soviético no es un libro solo aconsejable a los aficionados a este deporte, sino a todos aquellos lectores que estén interesados en la historia del siglo XX.

1 de octubre de 2022

Eurobasket ´22: nombres propios

A medida que se aleja en el tiempo la gran final del pasado Eurobasket, la resaca continúa dejando un poso que se convierte en una mezcla de sensaciones y reflexión. Sensaciones,  porque de algún modo seguimos sin creernos la gesta que han conseguido estos chicos, dirigidos por el mejor entrenador FIBA de selecciones del siglo XXI. 

Es la hora de mencionar algunos nombres propios.

  • Megaestrellas: se podría argumentar que este Eurobasket es el que ha reunido una mayor cantidad de talento. A la tríada Giannis-Jokic-Doncic se podría opones la Gasol-Nowitzki-Parker, pero nostalgia aparte, no se puede discutir que por rendimiento individual solo el teutón admite comparación con quienes están haciendo historia actual en el mejor baloncesto del mundo. Lo que tampoco admite discusión es que los segundos dominaron el balonceso FIBA de su época de un modo que, de momento, los más nuevos solo pueden soñar. Ni uno de ellos llegó a semifinales y la presencia de Giannis en el quinteto inicial chirría un poco y abre una discusión sobre qué es lo que realmente se premia con este tipo de nominaciones.

  • Doncic: además de nombrarle en el apartado anterior, Doncic merece una mención aparte del resto. No porque haya firmado unos números de escándalo, entre ellos la segunda mejor anotación del Eurobasket en más de sesenta años, sino porque me da la sensación de que el chaval está perdiendo el norte. Se le ha visto desquiciado con los árbitros muchas más veces de lo que sería de desear (vale que el nivel de arbitraje ha sido en general muy bajo, pero este chico llega a protestar cosas que se caen de cajón). Más grave me parece su tendencia a llegar pasado de peso a las competiciones FIBA. Su participación en este Eurobasket me parece un reflejo de los JJOO del año pasado, en los que se fue apagando por mero cansancio físico. Las imágenes de su rostro sudoroso, rojo y congestionado, deberían ser suficientes para hacerle reflexionar si está dispuesto a agarrar su destino con mano firme. De lo contrario, ese sobrepeso puede ser suficiente causa de lesiones que pueden dañar su progresión, carrera y prestigio.

Va por ustedes

  • Pesic: el abuelo ha fracasado. De nada le sirvió disponer de una superestrella mundial del calibre de Jokic, un segundo espada del calibre de Micic y un elenco de secundarios de contrastada calidad y solvencia. El partdo de eliminación fue bastante lamentable, sin pedir tiempo muerto y con Jokic en el campo mientras Serbia aceptaba un parcial demoledor que le colocaba -9 en el partido a pocos minutos del final. Cuando quiso reacciona, ya era demasiado tarde.
  • Collet: 0-6. Juego, set y partido. Incapaz de vencer a Scariolo en un cara a cara. Sus momentos de gloria coincidieron con el paréntesis del italiano y el accidente Orenga en el banquillo español (cuando se pensba que una patata de seleccionador haría el mismo papel con aquellos jugadores). Ni siquiera tuvo que haber llegado a la final, con los partidos de octavos y cuartos de final perdidos. 
  • Polonia: favorecidos por un grupo y unos cruces fáciles, dieron la campanada eliminando a Eslovenia en cuartos, con un partidazo de Ponitka y Slaughter. Pocas veces un fogonazo así ha dado tanto partido.

 


 En cuanto a España, es hora de repasar brevemente a nuestros protagonistas:

  • Lorenzo Brown de Albacete: protagonista, primero a su pesar por una nacionalización poco entendible para el aficionado por el nulo arraigo con el país, más allá de coincidir con Scariolo en Toronto. Protagonista después por su buen hacer en cancha con varios fogonazos. No solo no hubiéramos sido campeones sin él, es que ni siquiera hubiéramos llegado a cuartos de final. Jugó infiltrado. Renunció al pasaporte americano. 15,2 puntos y 7,6 asistencias en 25,2 minutos.Quinteto ideal del campeonato. Para mí el verdadero MVP.Xab SOBRESALIENTE. 
  • Jaime Pradilla. Una grata sorpresa en la fase de grupos, se fue difuminando hasta casi la intrascendencia coincidiendo con la curva ascendente de Juancho. Muy joven, pero intenso y tomando casi siempre muy buenas decisiones. Una cara que esperamos ver en el futuro. 5,8 puntos y 2,7 rebotes en 14,7 minutos. APROBADO.
  • Rudy Fernández. Solo Navarro tiene más internacionalidades. Ejemplo de pundonor, predicando con el ejemplo dentro y fuera del parquet. Pretoriano de Scariolo. Defensa de libro y fogonazos en ataque que cambian partidos. Gran responsable del éxito. 7,6 puntos, 2,3 rebotes y 1,9 asistencias en 17,5 minutos. MATRÍCULA DE HONOR
  • Xabi López Aróstegui: ha pasado bastante desapercibido, pero para Scariolo parecía ser básico porque ha salido de inicio en todos los partidos del campeonato y ha sido el tercer jugador en minutos. Sobre todo sacrificio en defensa, en ataque apenas se ha dejado ver. 5,4 puntos, 2,8 rebotes y 1,8 asistencias en 22,9 minutos. APROBADO
  • Jaime Fernández. aportaciones puntuales en varios partidos, desaparecido en otros, brillante en la final. 4,9 puntos y 1,7 asistencias en 14,8 minutos. SUSPENSO
  • Darío Brizuela: fue al Eurobasket como revulsivo y cumplió con creces, con grandes exhibiciones puntuales en ataque. En defensa ha logrado no penalizar demasiado. 7,9 puntos y 1,6 asistencias en 15,6 minutos. BIEN

 


  • Alberto Díaz: superlativo. De ser descartado a volver por la puerta grande al campeonato. Líder desde la defensa y miembro destacado del quinteto de seguridad de Scariolo. Compartió minutos con Lorenzo Brown y logró aportar en ataque lo suficiente para no penalizar. Siempre en mi equipo. 5,7 puntos y 1,4 asistencias en 16,8 minutos. MATRÍCULA DE HONOR. 
  • Sebas Saiz: poco ha jugado para mi gusto. Aumentaba la intensidad en defensa, cargaba el rebote y ponía unos bloqueos terroríficos. La cara del equipo de las ventanas. Siempre dispuesto e intenso. 2,3 puntos y 1,1 rebotes en 4,6 minutos. SIN CALIFICAR
  • Willy Hernangómez: talento ofensivo superlativo, ha sido el sostén de España durante muchos minutos. Su defensa no está a ese nivel y ha obligado a Scariolo a mantenerlo sentado en momentos clave de los partidos. Una pena, porque si defendiera un poquito más, sería un estrellón a ambos lados del charco. Por lo menos, de carácter no va mal. 17,2 minutos y 6,9 rebotes en apenas 21,2 minutos. Quinteto ideal del campeonato y MVP. NOTABLE. 
  • Usman Garuba: compromiso. Acudió a la llamada después de una temporada complicada en la NBA y con lesiones. Durante los partido de preparación y buena parte de la fase de grupos, dio una impresión a veces un poco lamentable, pero se fue entonando a medida que pasaban lo minutos y se hizo grande desde la defensa. Imprescindible en el quinteto de seguridad. Solo le faltó un poquito de acierto en ataque. Ilusionante. 4,7 puntos, 5 rebotes y 2,6 asistencias en 16,9 minutos. NOTABLE

 


  • Juancho Hernangómez: el reverso de Pradilla, empezó de (mucho) menos a (mucho) más. Durante buena parte del campeonato parecía peleado con el aro, pero la cosa fue mejorando hasta convertirse en el MVP de la final con un 7/9 de triples en una exhibicion que no se vehía desde 1995. Debe dar mucho más. 12,8 puntos y 5 rebotes en 23,4 minutos. BIEN
  • Joel Parra: un tanto decepcionante su actuación, después de ser el mejor joven de la Liga Endesa. Se podía esperar más de él. 3,0 puntos y 2,6 rebotes en 13 minutos. SUSPENSO. 
  • Santi Aldama: no estuvo en el Eurobasket, pero precisamente por eso le traigo aquí. Las noticias fueron confusas sobre su ausencia. Al principio se indicó que se había declarado no disponible, pero luego se matizó que Memphis no le permitió acudir. A mí me suena a blanqueo del jugador. Me da la sensación de que tampoco creía que se podía hacer gran cosa este verano y prefirió priorizar su carrera NBA. Para mí sale tocado de todo esto y pasa de ser un jugador imprescindible por sus características a ser un jugador bajo sospecha por su falta de compromiso. El contraste con Garuba tampoco le beneficia, cuando Usman se ha jugado el tipo por venir y no ha escatimado esfuerzo. 

 

Las lágrimas de España

  • Scariolo: ya he dicho en este blog que este campeonato es un campeonato de autor. Ha sabido montar un equipo por encima de las individualidades. Se ha jugado su prestigio por la nacionalización de Lorenzo Brown, pero ha salido airoso. Todos los jugadores se han sentido importantes y han dado mucho más de sí de lo que se podía esperar. Ha manejado una rotación de casi 12 jugadores (si exceptuamos a Sebas, todos están entre los 25 minutos de Lorenzo y los 13 de Parra) y ha dado galones a Rudy como estandarte de tiempos gloriosos. Ha sabido manejar los partidos y los rivales, sabiendo contener a los mejores (Valanciunas, Markannen, Schröder, Fournier) y dominando tácticamente a los entrenadores contrarios. Lo de Collet raya ya en la humillación. Indiscutiblemente el mejor seleccionador español de la Historia, entra en la discusión de mejor seleccionador del baloncesto FIBA. MATRÍCULA DE HONOR. 

 

Cuatro (y dos medallas en JJOO, y un bronce, y un mundial...)

 

La resaca da paso a la espera. El año que viene hay Mundobasket, para el que hay que clasificarse en una última fase de ventanas que esperamos solventar como ha sido hasta ahora. 

A partir de ahí, espero haber aprendido a no dudar de mis mayores y a afrontar los campeonatos con optimismo. No es fácil, habiendo sido testigo directo de los años del hormigón desde finales de los ochenta hasta la aparición del Espíritu de Atenas, con aquella España dirigida por Lolo Sáiz y fiada al talento ofensivo de Alberto Herreros, preludio a la llegada de los Chicos de Oro. 

No sé a qué esperamos a erigir la estatua a Sergio Scariolo.

 

23 de septiembre de 2022

Eurobasket ´22: el triunfo de la fe

Ha pasado casi una semana, tiempo suficiente para digerir el éxito. Inesperado, porque nadie pensaba que nuestra Selección, la peor selección en cuanto a talento en dos décadas, fuera capaz de llegar tan lejos. Y si alguno hoy dice que sí, que ellos pensaban que íbamos a ganar el Eurobasket, miente. 

Confieso que yo no lo creía. Lo he dicho por aquí. Pensaba que nos daríamos un batacazo en forma de dolorosa derrota en octavos de final. No ayudaba que los cruces fueran con el grupo B, el denominado grupo de la muerte, con varios favoritos y uno de los equipos locales.

SEMIFINAL 1: FRANCIA - POLONIA

La primera semifinal fue un paseo militar de Francia, que arrolló a una Polonia desconocida. Cómo puede cambiar un equipo en 48 horas, de realizar un partidazo contra la vigente campeona y de eliminar a una de las megaestrellas de este campeonato, a perder por 41 puntos de diferencia (34-18 al descanso). Estaba claro que Polonia daba por bueno haber llegado a semifinales y sesteó los dos últimos partidos. 

Lo intentó, pero no tenía más ases en la manga

 

Para Francia fueron suficientes los puntos de Okobo, Yabusele y Fournier. Un partido plácido, después de las pesadillas ante Turquía e Italia, con los doce jugadores saltando al parqué y jugando entre ocho y veintidós minutos. Encima, con más descanso que sus rivales en la final. 

SEMIFINAL 2: ALEMANIA - ESPAÑA

Una primera parte de contrastes, con un primer cuarto bastante bueno y un desastre de segundo cuarto con un parcial en contra de 14-0 que nos hizo llegar en desventaja al descanso. Tocaba remar, una vez más, con la corriente en contra. Como contra Lituania. Como contra Finlandia. 

El tercer cuarto pareció marcar por momentos el final de la aventura. Fue bonito mientras duró y a otra cosa. Un segundo parcial de 14-0 (de 61-57 a 61-71 a poco más de un minuto para el final del cuarto) ahondaba en esa idea. 

Poco podíamos imaginar que la cosa no iba a acabar allí. Que los nuestros no se iban a rendir. 

Otra vez Rudy se echó al equipo a la espalda, dando ejemplo de ganas de defender una camiseta que impone a sus rivales con su sola presencia. La defensa de Alberto Díaz, el control del tiempo de Lorenzo Brown, la machacona efectividad en ataque de Willy, el dominio inesperado desde la defensa de Garuba... Y aquello se dio la vuelta. 

0-6
 

España sobrevivió a los arreones finales y se plantó en la final con un marcador 96-91 (impresionante las cifras de los partidos de este Eurobasket, salvo alguna excepción). 

Los cinco triples de Obst (en ocho intentos), los quince puntos de Wagner y, sobre todo, los 30+8 de Dennis Schröder. 

Alemania, el equipo más parecido a España del campeonato en cuanto a juego y responsabilidad coral, hincó la rodilla ante los 29+6 de Lorenzo (sin embargo más gris que frente a Finlandia), los 16 de Willy, 13 de Juancho, 10 de Alberto y 4+5+7 asistencias de Garuba.

Once cambios de líder y siete empates dan fe de lo disputado del partido y de la emoción que tuvo hasta el final, incluso cuando España se colocó +8 a falta de pocos segundos para la bocina. 

España se plantaba de nuevo en la final de un Eurobasket. De nuevo contra Francia. Seguro que a Vincent Collet se le atragantó la cena con cierta sensación de desagradable déjà vu. 

FINAL

Tenía claro que el equipo que ganara la anterior semifinal se iba a llevar el campeonato. Francia estaba de prestado tras haber estado al borde de la eliminación dos veces, así que la fortuna tenía que darle la espalda de una vez. 

Gloria...
 

Como es habitual desde 2009, las finales de los Eurobasket y Mundobasket son los partidos más plácidos para nosotros. Salimos enchufados, arrollando a los rivales y manteniendo después una distancia en el marcador que nos permite salir campeonando. 

Esta final no se salió del guión y en aproximadamente quince minutos el marcador indicaba 47-26 para los nuestros. Eso incluía el fogonazo ofensivo de Juancho (6/7 triples) y el ya habitual dominio desde la defensa del quinteto de seguridad. 

A partir de ahí la cosa cambió. La regresión a la media fue brutal y el aro empequeñeció para los nuestros y se convirtió en una piscina para los franceses, hasta que un parcial terrorífico de 20-2 que duró hasta el tercer cuarto convirtió el tremendo +21 en un mucho más inquietante +3. 

Ahí se engrandeció la figura de Scariolo y de su cuerpo técnico, que se comió otra vez (y va ya un 6-0 frente a Collet) a sus oponentes, demostrando que nuestro equipo era el mejor trabajado y motivado. 

El equipo, lejos de tambalearse ante la dificultad, no solo se rehízo sino que marcó de nuevo diferencias para perder el tercer cuarto solo por un punto y mantener un +9 a falta de solo diez minutos para el final. 

... eterna...

 

El último cuarto fue un intercambio titánico de canastas en el que los franceses se mantuvieron a una distancia de siete u ocho puntos, hasta que los nuestros se dispararon de nuevo a un +15 que dejaba las cosas vistas para sentencia. 

Cada intento de Collet era contrarrestado con maestría por Scariolo. Si Fournier nos estaba machacando, se hace una defensa caja y uno y listo. Si Collet plantaba sus dos torres en el centro de la zona, Scariolo respondía con el quintento más bajo posible, con Garuba de cinco. Y así sucesivamente.

El resultado final fue el que marcó el destino: victoria de España. 

La discusión no es si Scariolo es el mejor seleccionador español o no. La discusión es si es el mejor seleccionador FIBA de la Historia. 

Si el Mundobasket deslumbró al mundo en 2019, venciendo con una selección menor, aún se contaba con Ricky y Marc como estrellas mundiales por aquel entonces y con Rudy y Llull con tres años menos. 

... a los campeones.

 

Este Eurobasket ha sido el triunfo del colectivo y la consagración de Scariolo, si no estaba ya consagrado desde hace años. Un triunfo de autor.  

Juancho MVP de la final. Willy MVP del campeonato (sobre esto ya hablaremos más tarde). Lorenzo y Willy en el mejor quinteto.

Tetracampeones de Europa. 

Un triunfo inesperado.

El triunfo de la fe.

No la fe de los aficionados, sino la fe del cuerpo técnico, de los jugadores y de los familiares que de forma incansable animaron desde las gradas del pabellón en Berlín. 

Gracias, por tanto. 


15 de septiembre de 2022

Eurobasket ´22 - Partidos eliminatorios

¡Vaya, vaya, cómo está el Eurobasket! Está siendo, sin duda, uno de los mejores campeonatos continentales desde hace muchos, muchísimos años. 

Si se pudiera pedir algo, pediría árbitros de mayor nivel. Es exasperante la sucesión de faltas antideportivas y técnicas que tenemos en cada partido. En el partido de cuartos de final han pitado a Doncic una técnica por pedir pasos que, para todo lo que protesta el chaval, había sido bastante comedido. Esto tiene que hacérselo mirar la FIBA si quiere un producto redondo. 

Estos días se han jugado los octavos y los cuartos de final, partidos de altísima puntuación, muy ajustados en su mayoría (varias prórrogas fueron necesarias para decidir el ganador), muchos sustos y no pocas sorpresas. 

Lorenzo Brown Hermosilla, español

 

Es además un torneo en el que se ha consagrado el juego colectivo. Es paradójico que en un Eurobasket en el que se ha reunido una pléyade de estrellas y talento puro, sean los equipos que menos dependen de una superestrella los que estén llegando más lejos. 

OCTAVOS DE FINAL: 

La cosa empezó calentita. Turquía no la ha visto más gorda en toda su vida. Dos puntos arriba, dos tiros libres y posesión a pocos segundos del final. El resultado: dos tiros libres fallados posesión perdida, partido empatado y derrota en la prórroga. A Francia le vino dios a ver (1). 

Turquía 86 - Francia 87

Bélgica puso las cosas difíciles a Eslovenia una gran parte del partido, pero al final se impuso la lógica y se produjo la victoria más abultada de los octavos (25-12 en el último cuarto). Doncic anotaba más de 30 puntos por tercer partido consecutivo. 

Eslovenia 86 - Bélgica 72

Alemania arrolló por momentos a Montenegro y acabó pidiendo la hora. Schröder salió al rescate y compensó los buenos partidos de Djubljevic y Simonovic. 

Alemania 85 - Montenegro 79

A tatuajes no nos gana nadie. Bueno, Theis
 

El sueño de Ucrania se truncó ante la rocosa Polonia. No pudieron con los buenos partidos de Ponitka (29 - 9 - 6) y Slaughter, pero compitieron con dignidad. 

Polonia 94 - Ucrania 86

Croacia no defraudó y perdió otro partido decisivo ante un rival supuestamente más débil. La enorme figura de Lauri Markkanen (47 - 9  -3) superó por varias cabezas al cuarteto croata Smith - Saric - Simon - Bogdanovic. Este último anuncia su retirada de la selección. Ya está bien. Una risa, porque decidió fallar un tiro libre a propósito para ir por el lado del cuadro de España. Ya ves.

Finlandia 94 - Croacia 86

La primera sorpresa grande del campeonato viene con la derrota de la Serbia de Jokic ante la voluntariosa Italia. Gianmarco Pozzecco fue expulsado del partido, pero sus chicos consiguieron prevalecer, ganando todos los cuartos menos el primero. Jokic hizo su trabajo (41 - 13 - 4), pero Micic (15 puntos, 5/14 en tiros) y, sobre todo Pesic, no. El abuelo dejó crecer a Italia hasta un +9 en el último cuarto, con Jokic sentado y sin pedir tiempos muertos, vete a saber por qué. 

Italia 94 - Serbia 86

Estuvo a punto de darse la segunda sorpresa seguida, pero Chequia es un equipo muy corto. Hizo un trabajo tremendo, sobre todo en defensa, anulando a Giannis con dobles y triples defensas y sin dejarle correr, pero las faltas y el cansancio hicieron el trabajo sucio a los griegos. Giannis despertó (30 - 10 - 5), pero tarde. 

Grecia 94 - Chequia 88

Hasta aquí nos han crecido

 

CUARTOS DE FINAL

Alemania, actuando como local y con un juego coral, arrolló a Grecia en el tercer cuarto (26-12), lo que fue suficiente para que el partido estuviera decidido con bastante tiempo por jugar. Seis jugadores por encima de los diez puntos (Schröder, 27), dominando el rebote (Theis, 16) y el tempo del partido y conteniendo más o menos bien a Giannis. En Grecia, solo su estrella y Larentzakis pasaron de la decena. 

Alemania 107 - Grecia 96

Francia salió viva otra vez y, aunque no fue tan escandaloso, necesitó otra prórroga para ganar a una Italia que tuvo el partido ganado. Rudy Gobert (28 + 14) está yendo de menos a más en el campeonato, pero hizo falta que Fontecchio fallara unos tiros libres (90% hasta entonces en el campeonato). Collet se ha visto obligado a recortar hasta el mínimo la rotación. 

Francia 93 - Italia 85

Otra gran sorpresa, a lo mejor la mayor de todas. Polonia gana a Eslovenia en un partido que fue una montaña rusa de juego y emociones. +19 al descanso para Poloni, el tercer cuarto fue un desastre y Eslovenia se puso por delante. Las caras de los polacos eran un poema, rumiando la ocasión perdida, pero se repusieron y se llevaron el partido. Tampoco fue fácil, porque de +7 a 30 segundos pasaron a solo +3 en un suspiro. Triple doble de Ponitka (41 - 16  - 10). Doncic, tocado, jugó mal y protestó mucho. Eslovenia lo pagó, y más por la rotación tan corta que tiene a la que pesó demasiado la falta de Zoran Dragic. 

Polonia 90 - Eslovenia 87

ESPAÑA

Tremendos partidos del Equipo Nacional, obligados a remontar después de dos primeras partes no muy buenas. 

En octavos ante Lituania cayó un chaparrón curioso en un segundo cuarto que luego remitió un poco antes del descanso (solo -6 desde un -11 con malas sensaciones). Los lituanos fueron mucho rato por delante en el marcador, con unas diferencias no demasiado grandes, mientras los nuestros luchaban por no descolgarse. Parecía que la cosa iba a estar mal, pero Alberto Díaz, Garuba y el gran Rudy en defensa, a los que se añadieron Juancho y Lorenzo en ataque, lograron ponerse por delante y anular el poderío interior lituano (Valanciunas muchos minutos sentado y solo 5 + 6). Estuvo ganado, pero un rebote de ataque lituano nos condenó a la prórroga. Y allí, Lorenzo Brown (28 - 3 - 8)justificó su pasaporte con 11 puntos y 2 asistencias. Ganamos con holgura y se llenó el equipo de moral para el partido de cuartos. 

Don Rodolfo Fernández, gasólico
 

Allí el chaparrón duró toda una parte, con 52 puntos encajados y una diferencia máxima de 15 puntos a favor de los fineses. Las sensaciones fueron incluso peores que ante Lituania, con muchos momentos de correr sin cabeza en pos de los jugadores contrarios, que ametrallaban el aro contrario de forma inopinada (porcentaje de tiro superior al 70% en la primera parte). Lo peor, que ni siquiera hizo falta que Markkanen jugara minutos ni anotara demasiado. Lo mejor de todo fue el resultado (-9).  El panorama cambió pronto al inicio de la segunda  parte, con Lorenzo y Willy jugando el bloqueo y continuación de forma primorosa (y es que Willy era imparable para los hombres altos).Tras una fase igualada, España se puso por delante en la segunda mitad del tercer cuarto y así prosiguió el partido. Finlandia llegó a empatar, pero los nuestros se agarraron a la victoria. Lorenzo tuvo un partido algo peor (10 - 4 - 11), pero Willy (27- 5  en 24 minutos) estuvo bien acompañado por Brizuela, Juancho y, otra vez Rudy. Lo de este hombre es de otro mundo, metiendo triples, robando balones (5) y tirándose a por balones que ponen en riesgo su integridad física. Lideró la defensa junto con Alberto y Garuba otra vez. Markkanen (28 - 11 - 3) lo intentó, pero muy solo una vez que España se puso por delante. 

Dos demostraciones de carácter y de riqueza táctica (otra vez don Sergio Scariolo fue muy superior a sus oponentes técnicos), tienen dos premios históricos: 21ª clasificación consecutiva para cuartos de final y por 11ª vez consecutiva para semifinales (9 medallas y lo que surja ahora). 

El triunfo del equipo
 

Scariolo ha logrado forjar un equipo con Willy como talento en ataque (17 puntos en apenas 21 minutos de media) apoyado en Lorenzo y aportaciones puntuales de terceros. Pero la defensa es la que ha marcado la diferencia y ahí Alberto, Garuba y Rudy han sido constantes. 

La rotación sigue siendo larga (9 jugadores entre 15 y 27 minutos) y hay que bajar hasta el puesto 80 para encontrar al español que más juega (Lorenzo, 23,5 minutos). Esa debe ser nuestra ventaja. Solo falta que Jaime Pradilla, que ha ido claramente de más a menos, remonte.

Las semifinales se juegan mañana viernes. De nuevo la cabeza me dice que España ha llegado a su techo, pero ahora quién lo va a decir después de lo que se ha salvado. Mi pronóstico es que, si ganamos a Alemania en su casa (me ha gustado mucho lo que he visto de ellos), seremos oro y si no, bronce. 

Ya está tardando la estatua a don Sergio y a don Rodolfo (para mí superior a Navarro en el ranking histórico).

10 de septiembre de 2022

Eurobasket '22 - Fase de grupos

Sesenta partidos en ocho días han compuesto la fase de grupos de este Eurobasket. 

Veinticuatro equipos nacionales, encuadrados en cuatro grupos de seis equipos cada uno, han competido para llegar al primero de los partidos decisivos: los octavos de final. Desde ahora y hasta el próximo fin de semana, las eliminatorias son a partido único. Lo mejor del baloncesto: competitividad (segura) y emoción (esperemos). 

Los sesenta partidos disputados han dado para mucho. Lo primero, para eliminar a los equipos más flojos del campeonato: Bulgaria,  Georgia (sorprendente este caso), Bosnia (quizá el más triste; una pena que llegaran fundidos al último partido), Hungría, Estonia, Gran Bretaña, Israel y Paises Bajos.

Somos una piña
 

Salvo el mencionado caso de Georgia, que lleva asociada la sorpresa de la clasificación de Bélgica (cuidado, con tres victorias como Turquía y Montenegro), lo demás ha sido más o menos lo esperado. Quizá la clasificación de Polonia en lugar de Israel, más por el peso de la tradición que por otra cosa. 

Grupo A:

España y Turquía se jugaron el liderato del grupo en la última jornada, como estaba previsto sobre el papel. Montenegro se ha clasificado como tercera y Bélgica como cuarta, ocupando  el lugar del anfitrión Georgia. Seguramente la baja de Shengelia ha sido demasiado, junto con el bajo rendimiento de Shermadini. 

Poco más que reseñar, en cuanto a individualidades. Lo más destacado, el buen papel del joven turco Alperen Sengün, que afortunadamente fue eliminado por cinco faltas cuando nos estaba haciendo un buen roto.

Lorenzo Brown Hermosilla, de Valencia de don Juan
 

Grupo B: 

Con diferencia es el grupo más fuerte. A priori había cuatro selecciones por encima del resto, pero al final han competido cinco equipos. Eslovenia ha sido la primera del grupo, aupada en un gasólico Doncic, empatada con la anfitriona Alemania. Francia ha sido tercera, con dos derrotas y afinando la maquinaria. Lituania se llevó la última plaza clasificatoria en partido directo con Bosnia, que no pudieron competir al llegar destrozados al final. Lituania las pasó soviéticas con un 0-3 tras los tres primeros partidos. Hungría comparsa, más desde la lesión de Hanga.

Doncic ha estado soberbio, al igual que el recuperado Goran Dragic. En Alemania han sobresalido Schröder y el joven Franz Wagner. En Francia han tirado del carro unos cuantos. Los lituanos se han mantenido sobre las fornidas espaldas de Valanciunas, toda vez que Sabonis no ha estado excesivamente brillante. Por los bosnios, el infravalorado Nurkic y la estrella europea que es Musa (gran fichaje del Madrid). 

Un cyborg
 

Grupo C:

Grecia ha terminado invicta. Normal, teniendo una bestia como Giannis al que le han venido muy bien los tres años pasados desde el Mundobasket en el que naufragó una vez más en el baloncesto FIBA. En este 2022 está demostrando que su físico está varios escalones por encima del resto y firma números de escándalo en muy pocos minutos. 

Por detrás, empatados a tres victorias y por este orden, Ucrania (muy sorprendente su rendimiento, dadas las circunstancias), Croacia (evidenciando una vez más su falta de gen competitivo desde 1995) e Italia (decepcionante cuarto puesto como anfitrión; equipo que parece mejor si nos ceñimos a los nombres). 

Estonia ha desarrollado un juego alegre y tiene la mejor defensa del campeonato. Por desgracia, no tiene gente de peso para competir con los mejores. Gran Bretaña,  otra comparsa. 

La supernova que es Giannis ha eclipsado al resto de individualidades: Bogdanovic en Croacia (Saric no llega; Hezonja de más a menos); Fontecchio en Italia. 

Es que alguno nuestro hay que poner...
 

Grupo D: 

Serbia ha terminado invicta en el grupo más flojo. Igual que Giannis, Jokic está necesitando pocos minutos para hacer números muy pocas veces vistos en el viejo continente durante las últimasdécadas. 

Empatadas a tres victorias, Finlandia (Markannen es una bestia en baloncesto FIBA) y la muy sorprendente Polonia. 

La República Checa se ha clasificado in extremis gracias a la aparición de su gran estrella Tomas Satoransky (yo soy muy de Satoransky) en el último partido, que sirvió para empatar con Israel y desplazar a los judíos al quinto lugar. Países bajos ha sido otra comparsa en este grupo. 

Tras Jokic, Micic está haciendo un gran campeonato y veremos hasta dónde puede llevar Satoransky a la República Checa. El israelí Deni Avidja empezó muy bien y se ha ido desinflando.

España: 

Estamos donde queríamos, que es donde muchos no apostaríamos demasiado dinero después de la dolorosa derrota ante Bélgica. Atrás quedaba un solvente debut ante la floja Bulgaria (que floja y todo nos endosó más de 85 puntos) y una victoria convincente ante la anfitriona Georgia. Con el proyecto tambaleándose, nueva victoria amplia ante Montenegro, aunque con dudas en la segunda parte tras algo más de veinte minutos muy brillantes. El último partido fue un triunfo trabajado ante el otro coco del grupo, Turquía, que ha dado motivos para la esperanza. 

Primeros de grupo, ¿y cuál es el premio? Lituania. Manda narices. 

Un equipo fuerte que nos hará sufrir en el rebote, con talentos como Jokubaitis, Giedraitis, Kuzminskas, Valanciunas o Sabonis y que ha descubierto a Brazdeikis. Dos derrotas cortas en la preparación y ahora el que pierda se va para casa con una sensación de doloroso fracaso. 

Gordo no, fofisano
 

¿Si ganamos? El cielo. El cruce de cuartos es en apariencia mucho más sencillo y evitamos a Grecia hasta semifinales. 

El juego de España se está basando en una defensa sacrificada y coral, aunque es inevitable personalizar en el repescado Alberto Díaz, que lo está dando todo. Los demás ayudan bastante, salvo los  Hernangómez, que eso de ponerse el mono de trabajo no les va mucho porque no se les ven los músculos y los tatuajes.

Lo bueno es que la rotación está siendo amplia y nuestros chicos tienen un minutaje reducido. El que más ha jugado es López-Aróstegui, que es el 87º que más juega en el campeonato. 

Lorenzo Brown está haciendo buenos a los que trabajaron su polémica nacionalización exprés y ha  dejado unas perlas de calidad cada vez más frecuentes en los partidos. 

Willy está refrendando su facilidad para hacer números sin querer: más de 15 ppp, más de 7 rpp, más de 19 puntos de valoración por partido... en apenas 23 minutos de juego. Tremendo. Una pena que su defensa no sea todo lo buena que debería. Seguramente por eso no acaba de asentarse en la NBA.

Darío Brizuela es otro sospechoso en defensa que explota en ataque. Ha tenido momentos fulgurantes que solo se le han visto a algunos de los mejores.  

Así los tiene Sebas

De momento las decepciones son Joel Parra (mejor joven 2022 de la Liga Endesa) y, sobre todo, Juancho Hernangómez. La sombra de Bo Cruz es demasiado alargada. Podríamos añadir a Garuba, que ha vuelto de Estados Unidos con muchos quilos más, más lento y más atolondrado, de momento bastante lejos de lo que aparentaba llegar a ser hace unos pocos meses

Pero la mayor sorpresa es Jaime Pradilla. Un tipo de veintiún años que aúna descaro y calidad técnica, en ataque y en defensa. Ha venido para quedarse y ser pieza fundamental de los futuros éxitos de España. 

Sebas Sáiz siempre en mi equipo. 

 



Y Sergio Scariolo controlando todo. Seguro que tiene en el bolsillo muchos trucos que todavía no hemos visto. Lo que hay que comprobar es que el talento de los jugadores sea suficiente para poder ejecutarlos. 

Sabemos lo que no hay que hacer (cuarenta minutos ante Bélgica y quince ante Montenegro lo han demostrado). Esperemos que lo que sabemos hacer sea suficiente para llegar a cuartos y allí... 

Pronósticos (aquí se verá que no tengo criterio baloncestístico):

  • Francia a Turquía: 5 -10
  • Eslovenia a Bélgica: más de 20 
  • Alemania a Montenegro: 10 - 15
  • Aunque la cabeza me dice Lituania, el corazón dicta España, entre 5 - 10 puntos
  • Ucrania a Polonia: 10 -15
  • Finlandia a Croacia: 1- 5
  • Serbia a Italia: 15 - 20
  • Grecia a Chequia: más de 20

 A disfrutar el fin de semana. 

 

 


3 de septiembre de 2022

Eurobasket de pasión

El baloncesto vuelve al viejo continente después de cinco años de ausencia. Estos días se está celebrando el Eurobasket multisede. Cuatro grupos de seis equipos cada uno de los que pasan cuatro selecciones para dar comienzo a las eliminatorias: octavos, cuartos, semis y final para determinar al nuevo rey baloncestístico del continente. 

Por primera vez en más de una década, España no está entre las favoritas. No ya para colgarse el oro, sino para colgarse cualquier metal o llegar siquiera a semifinales. El power ranking FIBA nos ha estado ubicando en el sexto o séptimo lugar, unos cuantos pasos por detrás de las que parecen unánimes favoritas —Grecia, Serbia, Eslovenia y Francia— y en el mismo grupo que otras selecciones otrora ilustres y hoy sin tanto brillo. 

Item más: ningún jugador español se encuentra en el listado de los presuntos quince mejores del campeonato. No solo eso, sino que tampoco se muestra a ninguno de los nuestros en los carteles promocionales del torneo. 

Una bofetada detrás de otra a nuestro prestigio internacional. 

La trayectoria del Equipo Nacional comenzó con la polémica nacionalización de Lorenzo Brown, ha continuado con un rosario de bajas por diversos motivos (sin contar a los "retirados", se han ido bajando del carro los otros nacionalizados, Abalde, Abrines, Aldama, Rubio o Llull), mientras que los partidos de preparación se han saldado con un balance descorazonador de 1-3 frente a Lituania y Grecia. 

Los doce del patíbulo
 

Menos mal que las ventanas del Mundobasket han servido para cambiar un poco la tendencia y llegar con un mejor talante. 

Estamos ante un Eurobasket de pasión. No solo pasión por el baloncesto, sino de pasión como sinónimo de sufrimiento, a veces extremo. Un equipo con un gran número de debutantes en un torneo de esta categoría, jugadores semidesconocidos para el gran público y que, de nada sirve negarlo, supone varios pasos atrás en cuanto a talento. 

Por circunstancias de la vida, solo el eterno y eternamente minusvalorado Rudy Fernández permanece como mascarón de proa de los tiempos de gloria. 

Afortunadamente continúa Sergio Scariolo. El gran estratega que consiguió llevarnos al segundo campeonato del mundo y que nos permitió competir en los JJOO a pesar de llevar un equipo que significaba retrasar el tan necesario relevo para pagar los servicios prestados a algunas de las mayores leyendas de nuestro baloncesto. 

 

Se antoja un campeonato en el que no podremos permitirnos sestear durante los primeros partidos, coquetear incluso con el desastre, para luego afinar nuestra maquinaria, cambiar la cara y despedazar a nuestros rivales en el camino hacia la victoria final. Por el contrario, ahora toca bajar el culo en defensa, ser solidario, pelear cada rebote y disimular nuestras carencias, con el afán de competir de la mejor manera posible y que el aficionado mantenga el orgullo por el trabajo realizado aunque en esta ocasión es muy probable que los resultados no acompañen. 

No nos engañemos, este año el partido clave es el de octavos de final. El grupo de España se cruza con el llamado grupo de la muerte en el que se encuentran Eslovenia, Lituania, Francia y Alemania (además de Bosnia y Hungría). A priori, el cruce contra cualquiera de estos cuatro es demasiado desfavorable y el riesgo de irnos para casa a las primeras de cambio es muy alto. Se corre el riesgo de que la prensa y el aficionado forofo y poco entendido confunda perder ese partido con la noción de fracaso y que le lluevan palos al equipo y a los chavales que nos representan. No es así. Perder, si se logra competir, solo significará que España sigue estando ahí y que a poco que los chavales que vienen detrás tengan la fuerza suficiente, volveremos a estar peleando por los focos de la gloria. 

Don Rodolfo Fernández: 240 internacionalidades
le contemplan (2º de la Historia)

 

¿Y ganar? 

Ganar el cruce de octavos abre de par en par las puertas de las semifinales, a jugarse en un cruce de cuartos ante un rival de un nivel bastante inferior a los mencionados. 

Hemos pasado de los hermanos Gasol a los hermanos Hernangómez, es verdad. Pero en estos años, además de deslumbrar al mundo, la Federación ha conseguido implantar una forma de hacer las cosas y, del mismo modo que en categoría femenina (este año fuera del Mundial), se están poniendo los cimientos de un equipo de futuro. 

Mientras esto pasa, recordemos laureles no tan lejanos y soñemos con los futuros. Estoy seguro de que mientras Scariolo sea nuestro entrenador, el equipo competirá y a cualquiera se le va a hacer muy cuesta arriba doblegarnos.

14 de agosto de 2022

Don William Fenton Russell (1934 - 2022)

Hace unos días falleció William Fenton Russell, Bill Russell, estrella de los Boston Celtics en la década de los cincuenta y los sesenta del pasado siglo, once títulos de campeón en trece temporadas. O lo que es lo mismo, el mayor ganador de la historia del deporte profesional norteamericano. 

Su palmarés, aparte de eso, es impresionante: 

  • 12 veces All-Star (solo falló en su temporada de novato, que acometió con retraso por estar ocupado ganando el oro en los JJOO de Melbourne)
  • 4 veces máximo reboteador de la NBA (no lo sería más porque coincidió con una anomalía todavía mayor que la suya, un señor de 2,16 m llamado Wilt). 
  • 10 temporadas promediando más de 20 rpp
  • 11 veces All-NBA
  • 5 veces MVP (empatado con Michael Jordan en el segundo lugar / Kareem 6 MVP)
  • 17 triples dobles
  • 2º máximo reboteador de la Historia de la NBA (21.620 / Wilt 23.924)
  • 2º mayor promedio reboteador de la Historia de la NBA (22,5 / Wilt 22,9)
  • 51 rebotes en un partido
  • 2º en promedio de minutos jugados en toda su carrera (42,3 / Wilt 45,8)
  • Record en series de play-offs: 27-2
  • Nunca perdió un 7º partido en las eliminatorias por el campeonato
  • Hall of Fame
  • Miembro de los equipos históricos de la NBA

 


Estos son solo algunos de los logros de un chico que cambió la historia del baloncesto promediando apenas 14 ppp, pero que fue la cabeza visible de una máquina de triturar rivales. Solo Bob Pettit (1957) y Wilt Chamberlain (1967) pueden presumir de haber vencido al Señor de los Anillos. 

Se podría hablar y no parar, empezando por la rocambolesca historia de su llegada a Boston que ayudó a fundamentar el mito de Red Auerbach como genio de este deporte. 

Se podría también intentar minimizar su impacto diciendo que en aquella época era más fácil sobresalir. Puede ser cierto, pero no lo es menos que todas las épocas tienen sus dominadores y que Russell se enfrentó con muchos de los más grandes de la Historia: Bob Pettit, Dolph Schayes, Oscar Robertson, Jerry West, Wilt Chamberlain, Walt Bellamy, Nate Thurmond... 

 

El joven aficionado, el escéptico o la mezcla de ambos puede bucear por YouTube y encontrar videos de Bill Russell. Seguro que se sorprenderá al ver un jugador atlético y rápido, comparable a los mejores atletas de hoy, capaz de coger un rebote en defensa, correr toda la pista botando el balón y saltar casi desde la línea de personal para dejar una bandeja. 

Su mentalidad, su carácter, su liderazgo, le ayudaron a acumular éxitos. Fue el primer entrenador afroamericano en la historia del deporte profesional (sus dos últimos títulos los ganó en la doble faceta de entrenador y jugador). 

Pero sus logros fuera de las pistas fueron aún más importantes, siempre luchando por la igualdad de derechos raciales y sufriendo en silencio la paradoja de ser una estrella negra del deporte, idolatrado en una ciudad que era de las más racistas de los Estados Unidos (parece mentira, la cosmopolita Boston). 

 

 

Estuvo presente en la jornada mágica del doctor King y también junto al joven Cassius Clay cuando renunció a alistarse a la guerra de Vietnam. Renunció a galardones que consideraba no apropiados recibir mientras otros pioneros no habían aún sido reconocidos por sus aportaciones. 

En resumen, don William Fenton Russell es una de esas pocas personas que en una generación trascienden su esfera de influencia y se convierten en iconos culturales y de rol. 

Poco a poco, fruto del inexorable paso del tiempo, las leyendas de los arrogantes verdes se reúnen de nuevo en otros campos de juego: los de la inmortalidad y el recuerdo eterno.

7 de mayo de 2022

Space Jam 2

La Space Jam original, con Michael Jordan, fue un fenómeno social para los aficionados al baloncesto aunque como película se podría considerar bastanet mediocre y las dotes interpretativas de Su Majestad Aérea, bastante deficitarias. No obstante, la idea de volver a ver de corto a un jugador estratosférico que en aquel momento se encontraba penando por ligas menores de pelota base, bastaba para tapar todo los defectos desde un punto de vista romántico que otra cosa. 

Michael Jordan hace mucho que se retiró (de hecho, le dio para retirarse dos veces más) y nos dejó huérfanos del jugador más grande que se ha visto nunca. Llegaron algunos que intentaron ocupar su trono y, cómo no, a alguien se le pasó por la cabeza aprovechar el tirón y rodar la segunda parte. 

 

Voy a partir de la base de que Space Jam 2 es totalmente innecesaria. Me parece una película diseñada para la gloria y el bolsillo de LeBron James (como la primera lo fue de Michael Jordan) y de los productores. 

Tenemos de nuevo a los Looney Toons, un malo con el rostro de Don Cheadle (Hotel Ruanda, Vengadores) y el mundo cibernético y de los videojuegos en lugar de los alienígenas tapones de la primera. 

Como en la original, hay cameos de estrellas actuales, pero en esta ocasión hay tanto masculinas (Damian Lillard, Anthony Davis, Klay Thompson...) y femeninas (Sue Bird, Diana Taurasi...) en un intento más de integración. 

Y como centro gravitatorio de todo el sistema tenemos a LeBron James, que hace de inmediato a Michael Jordan un candidato a los premios Oscar, porque su talento interpretativo es aún menor. 

 

LBJ y Zendaya
 

La película pasa sin pena ni gloria, no me engancha sino que la dejo pasar por delante de mis ojos. A LeBron James, a pesar de ser un jugador estratosférico de baloncesto, le falta carisma y pierde continuamente en la comparación. 

A la película, por desgracia, le pasa lo mismo. Pierde en cada comparación con su predecesora, que ya no era una maravilla. 

El resultado se convierte en un par de horas perdidas de tu vida, con alguna risa que no vamos a negar (la entrada de Michael B. Jordan es apoteósica) y poco más. 

Otra cosa, se trata de una peli sensiblera y, aparte de que a mí esas cosas no me gustan, me parece que esa seniblería le hace un flaco favor a una película bastante deficiente.

1 de mayo de 2022

La familia

Los documentales de baloncesto se han puesto de moda. El último baile marcó un camino que luego ha seguido el propio Pau Gasol con Lo importante es el camino (que espero poder comentar en un futuro más o menos cercano). Entre ambos, la Federación Española de Baloncesto y Amazon trabajaron en La familia, una historia de los últimos veinte años del baloncesto español. Una historia de triunfos y alguna estremecedora derrota, pero sobre todo una historia de buen hacer (salvo alguna notoria excepción). 

Desde que en los Juegos Olímpicos de Sidney la Generación de Oro asomó con timidez la nariz, hasta el segundo Mundobasket logrado en 2019, cada verano un grupo de jugadores hizo vibrar a un país y, la mayoría de las veces, tradujo esa vibración y esa afición en éxitos en forma de títulos o, al menos, medallas. 

Más allá de los éxitos sobre la pista, innegables, están los éxitos fuera de ella en la forma de integración de los nuevos componentes que entraban en el equipo y cuerpo técnico, debido al inexorable paso del tiempo. 


 

En esos veinte años ha habido siete seleccionadores: Lolo Sáinz, Javier Imbroda, Moncho López, Pepu Hernández, Don Alejandro, Sergio Scariolo y Juan Antonio Orenga y, salvo Lolo que no tuvo la suerte de dirigir en plenitud a Pau Gasol, todos los demás tocaron metal. 

La lista de jugadores es también muy amplia, con honrosos veteranos de los tiempos oscuros como Nacho Rodríguez, Alberto Herreros o Alfonso Reyes, que se comieron marrones de diversa consideración en alguno o varios de los veranos anteriores al inicio del siglo XXI. 

Un trasiego de personas, al fin y al cabo, que pudieron dar al traste con los éxitos de un plantel de jugadores tan brillante como nunca se había visto en este país y pocas veces en Europa (Estados Unidos sería un planeta aparte). 

Por eso creo que el documental hace especial hincapié en cómo el grupo acogía a los nuevos y los integraba en una filosofía de autogestión que solo dio síntomas de agotamiento y alarmas de autodestrucción en el fracaso del Mundobasket 2014, probablemente el mayor fracaso de esta generación. 

Y Gasol destrozó a Francia
 

Como fracaso se puede considerar la falta de integración conseguida tanto con Ibaka como con Mirotic. En apariencia, al menos, pues no se logró un nivel de compromiso con estos nacionalizados que se pudiera comparar ni siquiera de lejos con los nacionales, en una época además que nos hubiera ayudado a mantener o subir el nivel de excelencia. 

Da gustirrinín repasar imágenes históricas y tener a los propios protagonistas comentando y rememorar las veces en las que el éxito o el fracaso estuvieron en el filo de la navaja: en el Mundobasket 2006 salió cara con el triple fallado de Nocioni, pero salió cruz en el Eurobasket de 2013 con el triple fallado por Calderón, a añadir a los puñales de Nowitzki en las semifinales del Eurobasket 2005 y de Teodosic en cuartos del Mundobasket 2010. 

Seguro que gustará. 

Y hay que quedarse hasta el final, para saber por qué los chicos gritaban ¡MURO! en cada corro. La historia merece la pena y es una muestra más del grado de camaradería alcanzado por este grupo de fenómenos.

15 de abril de 2022

Quintetos europeos en la NBA

Con motivo de su 75 aniversario, la NBA ha elegido sus dos quintetos de jugadores europeos de todos los tiempos mediante una mezcla de voto popular y voto cualificado. 

En el primer quinteto tenemos a Toni Parker, Luka Doncic, Dirk Nowitzki, Giannis Antetokoumpo y Pau Gasol. En el segundo quinteto encontramos a Drazen Petrovic, Pedja Stojakovic, Toni Kukoc, Nikola Jokic y Arvidas Sabonis. 

Más allá del orgullo de encontrar a nuestro Pau Gasol en el olimpo de los jugadores europeos y de que hayan quedado fuera de este reconocimiento un buen número de grandes jugadores, desde Detlef Schremph hasta Vlade Divac, pasando por el mediano de los hermanos Gasol o un Dino Radja que hizo muy buenas campañas en unos Celtics bastante mediocres, hay alguna reflexión que interesa realizar. 

 

Amplio surtido para elegir
 

Llevo algunas entradas dando señales de que cada vez pienso más que el baloncesto que se juega en la NBA y el que se juega en FIBA tienen más bien poco que ver entre sí, hasta el punto de que a veces me parecen juegos totalmente distintos. Y todo esto se ha agudizado desde la deriva en el abuso de tiro de tres que se ha producido al otro lado del charco coincidiendo con la aparición de jugadores con un rango de tiro extremo como Stephen Curry, Klay Thompson o Damian Lillard, todos ellos bastante capaces de meter un triple desde el logo, bien cuadrados y con una estética de tiro impecable, estirando al máximo los límites de la cancha. 

Ese estilo de juego, ayudado por las reglas especiales que en la NBA favorecen el juego ofensivo, como la regla de los tres segundos en defensa, frente al juego más ordenado, lento y con predominancia de las defensas zonales que se realiza a este lado del charco, hace que las diferencias de rendimiento en la NBA y el baloncesto FIBA no sean totalmente comparables. 

Hay jugadores como Parker, Nowitzki o Pau Gasol que han sido igual de determinantes en ambos estilos de juego. 

Nowitzki fue capaz de llevar a los Mavericks al título en 2011 mientras verano tras verano cargaba sobre sus hombros el destino de un equipo alemán bastante mediocre al que llevó a la medalla de bronce en el Mundobasket 2002 y a la plata en el Eurobasket de 2005, ambas a costa de nuestro Equipo Nacional. Todo ello aderezado con un MVP de la NBA y de las Finales, infinidad de All-Stars y All-NBA Teams.

 

Toni Parker fue la cabeza visible de una Francia que fue durante mucho tiempo, el rival más cualificado de España y que consiguió el oro en el Eurobasket de 2013 y, sobre todo, eliminarnos en los cuartos de final del Mundobasket de España en 2014, en lo que fue probablemente el mayor fracaso de los nuestros en los últimos veinte años. En sus ratos libres fue tres veces campeón con los Spurs e incluso se permitió el lujo de ser MVP de una de las Finales.

Los méritos de Pau Gasol son enormes y no voy a listarlos aquí, ya que espero que todos los aficionados los tendremos en nuestra memoria reciente. 

Si me apuras, incluso Luka Doncic apunta maneras en esto qu estoy diciendo. Campeón del Eurobasket 2017, aunque compartiendo liderazgo con Dragic, clasificó a su pequeño país a los JJOO de Tokio y acabó en cuarta posición, llevando a Eslovenia hasta donde le permitieron sus fuerzas (se encontraba en un evidente estado de forma deficiente). 

En el segundo quinteto tenemos a tres europeos que marcaron historia en los noventa, cuando solo pensar en dar el salto estaba al alcance de unos pocos elegidos. 


 

Kukoc fue miembro destacado del segundo triplete de los Bulls y Mejor Sexto Hombre una temporada, tras haber logrado otro triplete con la mítica Jugoplastika cada vez más desmantelada y casi campeón con la Benetton de Treviso el año que el Limoges de Maljkovic casi se carga el baloncesto continental. 

Tenemos también dos what if en Petrovic (¿qué hubiera logrado de no haber fallecido en accidente de coche aquel junio de 1993 cuando venía de su mejor temporada y a las puertas de haber sido All-Star?) y Sabonis (¿qué hubiera logrado de haber llegado más joven y con las dos piernas, cuando a los treinta y pico y cojo se marcó una temporada de 16+10?). Ambos dominaro Europa en su plenitud. 

Sin embargo, a lo que voy con tanto rodeo, es que Jokic (vigente MVP y gran favorito para el segundo consecutivo, con medias de 27-14-8) y Antetokoumpo (dos veces MVP, una vez campeón y MVP de las Finales, además de un portento físico y medias de 30-12-5), no soportan la comparación con las grandes estrellas europeas del pasado reciente. Con Toni, Pau y Dirk, más concretamente. 

Para muchos de vosotros esto es una herejía. Sin embargo, yo pienso que no pueden estar a la altura porque no han sido capaces de dominar a ambos lados del charco, en ambos estilos de juego. 

Jokic fracasó con rotundidad en el Mundobasket de 2019. Serbia tenía un equipazo y todo el mundo pensaba que era el máximo rival de los Estados Unidos. Un desatado Djordjevic dijo que era mejor que Dios les pillara confesados si se cruzaban con su selección en una muestra de la atávica soberbia serbia. Por desgracia, el mago Scariolo y sus esforzados muchachos se cruzaron en el camino, desquiciaron a Nikola y sobrevivieron al gran partido de Bogdanovic. Desde entonces ni Jokic ni Serbia fueron lo mismo y se diluyeron como un azucarillo. 

Al bueno de Giannis le pasó lo mismo con un relativamente potente equipo griego que ni siquiera pasó a la fase de cruces. Fue su segunda oportunidad después de que en el Eurobasket de 2015 España le pasara por encima en su camino al título más épico y gasólico de los últimos años. Poco se habla de la gran defensa de Claver, aunque el griego todavía estaba algo lejos del nivel que hoy presenta. 

Creo que a ambos les beneficia el juego abierto de la NBA. El serbio se aprovecha de su innegable gran visión de juego y al griego le va genial con un físico que le permite recorrer toda la cancha en diez o doce zancadas. Pero cuando la cosa se atasca, cuando el cemento se apodera de la cancha y el IQ baloncestístico es más importante, ambos no han dado la talla, por diferentes motivos: Jokic porque tiene un cable pelado y a veces cortocircuita; Giannis porque su innegable físico no saca ventaja en la jungla de brazos y piernas que pueden hacer ayudas interminables sin estar sometidos a la puñetera norma de los tres segundos defensivos. 

Si tuviera que elegir a uno de los dos, elegiría a Jokic. Me parece que tiene mayor talento, inteligencia y visión del juego que Giannis, al que me gustará ver en cinco o seis años cuando su físico no sea tan determinante como ahora (aunque supongo que, como suele pasar, me callará la boca con su evolución). 

Mientras tanto, Pau, Toni y sobre todos Nowitki, no tienen comparación en cuanto a baloncesto puro se refiere, de la mano con Kukoc, Petrovi y sobre todo Sabonis, al que considero el mejor jugador de baloncesto europeo de la Historia (¡cuánto lamento no haber podido ver jugar a Cosic en su plenitud!).