20 de febrero de 2012

Travesía por el desierto

Ayer ha finalizado la Copa del Rey 2012, con un resultado totalmente inesperado. Ni los más optimistas podían pensar que el Real Madrid fuera a ser capaz de vencer al Regal Barcelona en casa. Yo mismo, madridista irredento, no hubiera apostado mi dinero a una victoria blanca. Porque una cosa es el corazón y otra, muy distinta, la cabeza.

El mismo transcurrir de la competición daba pocas pistas de lo que iba a pasar. Mientras que el Barcelona fundió al Lucentum Alicante y se deshizo con relativa facilidad del Caja Laboral, el Madrid sufrió bastante ante el Fuenlabrada y venció algo más holgadamente al Cajasol. Por tercera vez consecutiva, la final entre los dos grandes del baloncesto español se iba a disputar, con ventaja clara para los azulgranas. 

Y entonces ocurrió la sorpresa. 

Me perdí el primer cuarto. Mientras llegaba a casa, pensaba que cuando encendiera la tele podría estar todo decidido, porque al Madrid le había sentado muy mal la paliza de Bilbao, apenas diez días antes. Los precedentes no me hacían ser optimista, la verdad.

Pero el partido estaba equilibrado, con ligera ventaja madridista. Y, sobre todo, las sensaciones eran blancas. Las ventajas fueron sucediéndose, llegando a 11 puntitos, para cerrar el marcador al descanso con 9 de ventaja (triplazo de Llull para finalizar el segundo cuarto). Empecé a dejarme llevar, a pensar que se podía...

...hasta que el Barcelona, sin hacer NADA del otro mundo, se puso uno abajo. Para qué voy a negarlo, se me puso el culito prieto. Si con el partido tan brillante que estaba haciendo el Madrid, y el tan trabado que estaba llevando a cabo el Barcelona, solo estábamos un puntito arriba... Si no se ganaba ese partido, no se podría ganar nunca.

Por una vez el Madrid no cambió de estilo. No se cagó. Siguió jugando valiente, con posesiones cortas... Un killer como Jaycee Carroll se echó el equipo a la espalda. Y el partido explotó, hasta el resultado final. 17 puntos de diferencia final. Incontestable.

Fuente: ACB.com


Diecinueve años después, el Real Madrid volvía a levantar la Copa del Rey. Demasiados años. Todavía jugaban Sabonis, Arlauckas, Antonio Martín, Biriukov, Cargol, Romay...

Fuente: ACB.com


Se ha dudado de Pablo Laso, pero el juego del Madrid es el más atractivo desde hace mucho tiempo (probablemente desde el primer año de Joan Plaza), se aprovecha a jugadores como Velickovic o Reyes, se ha recuperado a Begic (que ya demostró en el Europeo que podía jugar en ACB)... Me gusta verlo, la verdad.

Y si encima ganamos...

12 de febrero de 2012

Elegidos para la gloria

Este mes de febrero viene cargadito de eventos baloncestísticos: la práctica resolución del Top 16 de la Euroliga (donde Barcelona y Bilbao parece que tienen un pie en cuartos, a diferencia de Unicaja y Madrid); la Copa del Rey (el fin de semana próximo y de la que hablaré en unos días); y el All-Star a celebrar en Orlando.

 Hace unos días se ha dado la lista de jugadores elegidos, titulares y suplentes:

CONFERENCIA ESTE: Carmelo Anthony, LeBron James, Dwight Howard, Derrick Rose, Dwayne Wade, Chris Bosh, Luol Deng, Roy Hibbert, Andre Iguodala, Joe Johnson, Paul Pierce, Deron Williams.



 












CONFERENCIA OESTE: Blake Griffin, Kevin Durant, Andrew Bynum, Kobe Bryant, Chris Paul, Marc Gasol, LaMarcus Aldrige, Kevin Love, Dirk Nowitzki, Tony Parker, Steve Nash, Russel Westbrook.


La primera elección de Marc Gasol coincide con la primera ausencia de Pau desde que está en los Lakers. No hay nada que objetar a ninguna de las dos: el nivel de los pivots es más bien escasito, así que Marc tiene un hueco con unas estadísticas bastante normalitas para lo que se estila en una estrella; Pau, por su parte, no está al nivel de otros años y el hecho de que Bynum y Bryant sean titulares, no justifica que los Lakers tengan un tercer jugador con la temporada tan mediocre que están haciendo. 

Desde los medios españoles se nos ha estado vendiendo humo: que si Ricky Rubio tiene opciones, que si Calderón ha vuelto a su nivel... Ninguno de los dos tenía ninguna opción, seamos sinceros. 

¿Vas a llevar a Rubio por encima de Parker, Nash o Westbrook? ¿Va a ir Calderón dejando fuera, por ejemplo, a Rajon Rondo (que no está) o Deron Williams? Vamos, que no nos pierda el chovinismo.

Comentarios
  • La presencia de Roy Hibbert en el Este, una compensación a la gran temporada que está haciendo Indiana Pacers sin tener ninguna superestrella de la liga. Ha dejado fuera a Tyson Chandler, artífice de la mejora defensiva de los Knicks, y demuestra el pésimo nivel de los pivots NBA hoy en día, fuera de Dwight Howard. Hay pivots con mejores estadísticas, como Greg Monroe (Pistons) o Javale McGee (Washington), pero los records de sus equipos son bastante peores al de los Pacers.
  • Lo mismo parece en el caso de Andre Iguodala (Sixers).
  • La presencia de Deron Willimas o Nowitzki parece más un reconocimiento a su status que a su juego actual, aunque Nowitzki está empezando a ser él mismo.
  • La presencia de Bynum se debe al voto popular. Su temporada no está mal, pero al mismo nivel que Al Jefferson o Paul Millsap (Jazz), por ejemplo. 
  • Me congratula ver de nuevo a Steve Nash en la lista. ¡Jugón!
  • La vieja guardia va desapareciendo poco a poco: retirada de Shaquille; Duncan y Garnett fuera por primera vez desde el siglo XX; lo mismo con Ray Allen... Una pena, la verdad. Todos ellos jugadores relativamente jóvenes (35 - 36 años) pero con muchos minutos en las piernas...
No sé todavía la lista de participantes a mates, triples, habilidades o desafío de novatos... Veremos lo que va pasando...

4 de febrero de 2012

Una vida con la selección - Eurobasket ´77

El torneo Preolímpico de 1976 había supuesto la constatación de que el Equipo Nacional estaba lejos de poder competir con garantías contra las mejores selecciones nacionales de ese año. La irrupción de la potente Italia, que contaba con una gran generación de jugadores bastante jóvenes, hacía que el número de aspirantes fuese mayor, mientras que las tradicionales selecciones del Este comunista eran aún inalcanzables. 

Así que se pasó de una medalla de plata en 1973 y la mejor clasificación histórica en un Mundobasket en 1974, a desaparecer prácticamente del mapa de la élite baloncestística europea. 

Con esas sensaciones se presentó el Equipo Nacional en el Eurobasket de 1977, celebrado en Lieja (Bélgica), con un equipo bastante joven que quedó encuadrado en el grupo B junto a los anfitriones, Holanda, Finlandia, Checoslovaquia y Yugoslavia. La mecánica del campeonato hacía que España debería jugarse la segunda plaza del grupo con Checoslovaquia si quería luchar por las medallas. En el grupo A quedaron encuadradas la Unión Soviética, Italia, Bulgaria, Israel, Francia y Austria. 

En la primera jornada se sufrió una previsible derrota frente a los plavi (76-79) que por lo menos hacía albergar alguna esperanza, que desapareció casi inmediatamente con la contundente derrota (95-114) frente a Holanda. La cosa se complicaba para acabar con todo en la tercera jornada (nueva derrota 70-73 frente a Checoslovaquia). A España no quedaba otra cosa que tratar de competir dignamente y quedar en la mejor posición posible, lo que hizo derrotando sucesivamente a Bélgica (no sin apuros, 94-93) y a Finlandia (un corto 85-78). 

El Equipo Nacional terminó la fase de grupos en quinta posición, lo que llevaba a la lucha por el 9º puesto como mejor opción. Se derrotó a Austria (88-84) y de nuevo a Finlandia (un claro 106-89, como victoria más amplia del torneo). El castigo más duro supuso quedar fuera de cualquier opción de jugar el Mundobasket que se celebraría al año siguiente en Filipinas.

Una vez más, quedó claro que España estaba lejos de poder competir con los mejores y que le costaba mucho ganar a los pequeños. Se encontraba en una especie de dolorosa tierra de nadie.

La cuarta jornada del grupo A vino con sorpresa: la derrota de los soviéticos, que ganarían sus partidos de grupo por una diferencia media superior a los 40 tantos,  ante Italia (95-87). Esto suponía que en la última jornada se decidirían los cruces de semifinales. Italia y la Unión Soviética no fallarían en el grupo A, quedando primera y segunda respectivamente. Los soviéticos se enfrentarían al ganador del Checoslovaquia-Yugoslavia que fue ¡Checoslovaquia!. Una muestra más del saber hacer de los plavi, que perdieron 103-111.

Las semifinales no tuvieron historia, ganando Yugoslavia a Italia (88-69) y los soviéticos a los checos (91-76). En la final, los yugoslavos revalidaron su título (encandenando tres triunfos seguidos) venciendo a los soviéticos por 74 a 61 Italia perdería un merecido bronce al ser derrotados por los checos. 

Entre las filas plavi tenemos a genios del baloncesto, aún jóvenes: Cosic, Dalipagic, Delibasic, Kikanovic, Slavnic, Jelovac o Jerkov. En los banquillos, el maestro Asa Nikolic.

Los soviéticos contaban, entre otros, con Belov, Myshkin, Tachenko, Belostenny, Eremin o Korkia, con el eterno Gomelski en el banquillo. 

Con los checos estaban ya Brabenec o Kropilak, de infausto recuerdo en las semifinales del Eurobasket de 1985. 

En Italia, los emergentes Meneghin, Marzorati, Bonamico, Bariviera o Vecchiato.

Defendieron la camiseta de España: Brabender, Prada, Santillana, Filbá, Margall, Flores, Juan Ramón Fernández (desconocido para mí), Corbalán, Rullán, Carmelo Cabrera, Gonzalo Sagi-Vela y un joven De la Cruz. Un equipo con una media de edad alrededor de los 25 años y escaso de centímetros, dirigido por Antonio Díaz - Miguel.

Como digo, el Equipo Nacional pasaría un año alejado de las grandes competiciones, pero volvería con fuerza en Turín, dos años después, inicio de uno de los ciclos más gloriosos de nuestro baloncesto.