23 de abril de 2017

20.000 + 10.000 + 3.500 + 1.500 =

Esas cifras ponen en perspectiva la carrera global de Pau Gasol en la NBA, desde que llegara en 2001 como tercera elección del draft hasta hoy, con dos anillos con los Lakers, varias apariciones en All-Stars, varias elecciones en los mejores quintetos e innumerables logros con la Selección Española. 

Solo cuatro jugadores han conseguido cifras similares en sus carreras: Kareem Abdul-Jabbar, Tim Duncan, Kevin Garnett y el nuestro, Pau Gasol. Quizá esto, además de dar mucho vértigo, termine de aclarar un poco las cosas.

Porque Pau Gasol es una figura de nivel mundial, un grande entre los grandes por méritos propios y uno de los mejores jugadores FIBA de todos los tiempos. Quizá, junto a Nowitzki y Parker, de los más determinantes de la Historia del baloncesto FIBA. 

Un tío de 2,15 que puede jugar de lo que quiera, que firma estadísticas de machacona regularidad año tras año y que, casi cada verano, aumenta su leyenda con otra actuación de lujo con la Selección. 

Un tío solidario, con formación en música, medicina y un discurso lejano del deportista tipo. Un ejemplo y un orgullo para todos. 

Un tío del que nos empezaremos a dar cuenta de su importancia cuando se retire. Una retirada que está, tristemente, cada vez más cerca. Y cuando ese día llegue, dejará huérfanos a millones de aficionados y, sobre todo, a nuestra Selección. Porque no se vislumbra en el horizonte una figura que pueda cubrir su baja. No entre los jugadores que tenemos en activo. Y no entre los que están  por venir. 

El baloncesto español ha alcanzado su cima en este muchacho de Sant Boi. 

¡Hasta luego Lucaaas!

11 de abril de 2017

De otro planeta

Más de cincuenta años separan las gestas de Russell Westbrook y de Oscar Robertson, dos especímenes físicos que han logrado promediar un triple doble en la NBA. 

Big O lo hizo apenas un par de años después de llegar a la Liga. Russell tuvo que esperar la marcha de Kevin Durant a los Warriors y tener que echarse el equipo a la espalda en una temporada que está siendo loca en muchos aspectos. 


Big O, un portento físico

Ambos caraterizados por tener un físico más allá de lo normal incluso entre la élite de atletas que supone la NBA, hicieron cotidiano lo que para otros no es más que un fogonazo que brilla como una supernova unas pocas veces en sus vidas. 

Grandes pluriempleados del baloncesto como Jason Kidd, Magic Johnson, Larry Bird o LeBron James no han conseguido lo que estos dos: una temporada de pura excelencia. 

Item más, Westbrook lleva la friolera de 42 triples dobles en la temporada cuando falta un partido más por jugarse. Big O consiguió 41 (181 en el total de su carrera). 

¿El jugador más potente, libra por libra, del baloncesto actual?

Siendo ambas gestas dignas de elogio, doy más valor a la de Westrbrook por varios motivos. Para empezar hay más equipos en la liga, por lo que también hay más kilómetros que recorrer y menos momentos de descanso. Luego, el baloncesto que vivimos es más competitivo que el de la década de los sesenta. Además, Westbrook ha hecho lo que ha hecho jugando diez minutos menos por noche que Robertson. Para finalizar, en los sesenta se jugaba a un ritmo más rápido y el porcentaje de acierto medio era mucho más bajo que ahora, por lo que había más oportunidades para dar asistencias, meter puntos y coger rebotes. 

No obstante, el baloncesto no es solo un puñado de números agitados como en una coctelera. Si así fuera, no estaríamos adorando a Sabonis, a Larry Bird, a Magic Johnson, a Pau Gasol, a Bill Russell, a los San Antonio Spurs o a los Boston Celtics. Sino que nos quedaríamos con el brillo del oropel de los puntos, los rebotes y las asistencias de estos dos monstruos y no tendrían dedos para anillos de campeón