12 de noviembre de 2014

De glorias y miserias

Hoy se han dado dos efemérides la mar de contradictorias.

Por un lado, Dirk Nowitzki se convierte en el máximo anotador internacional, superando a Hakeem Olajuwon (que curiosamente jugó unos JJOO con los USAboys), y en el noveno en el ranking histórico global de la NBA. 

Dirk entra así, si no lo hizo antes, en el Olimpo. Seguro Hall of Famer cuando se retire, su número colgará sin duda del techo del pabellón de Dallas, único MVP europeo de la NBA, All-Star infinidad de veces, en el mejor quinteto casi cada año, un anillo de campeón (destrozando a los Heat de LeBron) y un subcampeonato. Y esto solo en la NBA.

En el baloncesto FIBA se disputa con Pau Gasol la posición de jugador NBA más determinante a este lado del charco: cuarto puesto en el Eurobasket de 2001; bronce en el Mundobasket de 2002; plata en el Eurobasket 2005; disputó JJOO... y todo ello con la Mannschaft de la Bundesrepublik Deutschlands, o sea, Alemania. Que no es precisamente una potencia, pero que con su sola presencia se convertía en aspirante a todo. 

Verle jugar es una delicia. Un tío de 2,13 metros que mete tiros de larga distancia como si fueran bandejas, que juega fuera-adentro como un escolta, que se echa el equipo a la espalda... 

Hay quien dice que es el mejor jugador europeo de siempre. Puede ser. Hay unos cuantos que pueden quizá discutirle el trono. Lo que sí es cierto es que pasará mucho tiempo antes de que otro talento nacido en nuestro continente pueda hacer siquiera algo parecido. 


¡Robin Hood!


Como contrapunto, tenemos que Kobe Bryant se ha convertido en el jugador con más tiros fallados de la historia de la NBA. Para celebrarlo se marcó un 9 de 26. Este año no llega siquiera al 40% en tiro. Pero, eso sí, se lleva para la saca casi 25 quilos de dólares (y otros tantos el año que viene).


A ver si moviendo la canasta un poco más para la derecha...
No, para la vuestra no, para la mía... ahí, donde los millones...