28 de marzo de 2018

Soy un hater de LeBron

Lo reconozco: soy un hater de Lebron James. 

Ya desde que su nombre empezó a sonar hace más de quince años. El elegido o El rey eran los epítetos por los que se le conocían. Portada de revistas cuando apenas era un adolescente, número uno del draft de 2003... un físico privilegiado y una facilidad insultante para jugar a esto... 

James lo tenía todo para triunfar, y para ser odiado por mí. Sí, le odiaba. Quizás todavía le odie, al menos un poco. Porque a todo lo anterior habría que añadir que LeBron es un reputado flopper. No hay más que visitar youtube y buscar los videos para que se te escape una sonrisa, primero, y una carcajada, después, viendo cómo un tío como un castillo de grande se deja caer al menor contacto y a veces si siquiera sentirlo. 

Aquí estoy yo

No ayuda tampoco su decisión de anunciar a bombo y platillo su decisión: abandonar los Cavaliers para unirse a Dwayne Wade y Chris Bosh en un superequipo allá en South Florida. Algo que fue muy criticado por estrellas del pasado y que en la práctica no tuvo tanto éxito como parecía que iba a tener... Suponía además un reconocimiento tácito por parte de James de que era incapaz de llevar a la cima a un equipo de nivel medio, como hicieron grandes del baloncesto mucho antes que él. 

Vamos, que teniéndolo todo para triunfar en el baloncesto, el chaval es un poquito odioso. Como el compañero de estudios que se queja continuamente después de los exámenes, para luego no solo aprobar, sino sacar unas notazas... 

Soy un hater de LeBron...

Pero un tío que lleva 30.000 + 8.000 + 8.000 (único en la Historia del baloncesto) y lo que le queda por sumar en los años de carrera que le quedan, tiene que ser bueno. 

Son quince años de carrera, más de 1.100 partidos y más de 44.000 minutos (esto solo en Liga Regular), a casi 39 minutos por partido. Son ya 33 años cumplidos... y no da sensación de declive en su rendimiento. Al contrario, está superando sus promedios de carrera en PPG, APG (más de 9 APG, brutal para un alero), RPG y en porcentaje de tiros de campo. 

Está a unos 8.000 puntos de alcanzar a Kareem Abdul-Jabbar como máximo anotador histórico. Hasta hace unos años, parecía que ese registro iba a permanecer como un hito inalcanzable, habiendo sobrevivido a verdaderos depredadores del baloncesto como Michael Jordan y Kobe Bryant, o a prodigios de longevidad baloncestística como Karl Malone. Pero, ¿hay quien duda de que, si las cosas no cambian mucho en los próximos cuatro o cinco años y las lesiones respetan a este hombre, tiene los días contados?

Ya no son solo los fríos números. Es que este año LeBron está dominando el juego como nunca, con jugadas que son highlights automáticos: mates, canastas imposibles, asistencias dibujadas con tiralíneas... sosteniendo el sólo a unos Cavaliers que han estado más huérfanos que nunca (aunque han mejorado desde el traspaso con los Lakers). 

Cada vez con menos pelo y más barba

Este tipo va camino de convertirse en Leyenda y a ser contado entre los cinco mejores jugadores de la Historia del Baloncesto.

Soy un hater de LeBron.