28 de diciembre de 2015

Una apisonadora pasó por el Palacio

Llevaba semanas esperando el partido de ayer. El primer Clásico de la temporada, de muchos que esperamos ver. 

Llegaban ambos equipos con dinámicas que pronosticaban un partido igualado. El Madrid, recuperándose de un inicio titubeante; el Barcelona, titubeando tras un inicio arrollador en Euroliga y en la competición doméstica. Partido igualado entonces, con una ligera ventaja para el Madrid por aquello de jugar en casa.

De repente un extraño, Ndour


La ilusión duró justo hasta el salto inicial. Se vio desde el inicio que Xavi Pascual había tomado el pulso al partido desde la preparación, buscando una y otra vez a Satoransky en el poste bajo. Este tío, Tomas Satoransky, jugador checo, base de 2,01 metros, se comió a sus defensores por físico y calidad. Avanzado el partido y harto del roto que les estaba haciendo, Pablo Laso ordenó la entrada del prometedor Luka Doncic con la tarea de defenderle. El bueno de Luka recibió lecciones aceleradas de cómo jugar al baloncesto y no se le volvió a ver el pelo después de cuatro minutos de juego.

Vale que Tomic lleva un par de jornadas de bajón, pero qué más da si sale el tronco de Samardo Samuels y se casca un 6/6 en tiros de dos. Si Doellman hace 17 puntos con un solo fallo en el tiro y Pau Ribas vuelve a jugar como al inicio, la cosa pinta mal. Pero si además vuelve Navarro.... 

Y eso que faltaba Abrines.

Por el lado blanco, poca cosa de contar. Los de siempre, haciendo lo de siempre. De nada sirvieron los arreones de Carrol y Ayón, la lucha de Felipe y los momentos de lucidez (pocos) de los Sergios. Suspenso total de Trey Thompkins y del Taylor (horrendo en los libres). 

¿Pablo Laso? Recién renovado hasta 2018, Pascual le superó con claridad y siempre fue a remolque en el juego. No dio con la tecla necesaria y le dio tres incomprensibles minutos (por lo pocos) a Willy Hernangómez. ¿Y este Ndour quién es y para qué ha venido?

Queda mucho tiempo para mejorar (o no, que la Copa está a la vuelta de la esquina), pero este Barcelona mete miedo (y el Valencia no te digo). Quizá la vuelta de KC Rivers dé un poco de estabilidad a la defensa.

El partido lo resumió muy bien Ayón: perdimos de veinte; lo pudimos maquillar, pero perdimos de veinte. En casa.

5 de diciembre de 2015

Se va el caimán...

Ya es oficial.

Kobe Bryant se retira del baloncesto activo al finalizar esta temporada. Serán veinte años con la elástica púrpura y oro de Los Ángeles Lakers, el segundo equipo de la NBA en número de campeonatos y el que más finales ha jugado (treinta y una, con un balance de 16-15). 

Los números son apabullantes. A día de hoy:

  • 1.296 partidos jugados
  • 47.280 minutos (36,5 por partido)
  • 32.748 puntos (25,3 por partido)
  • 25.376 tiros intentados (19,6 por partido)
  • 6.863 rebotes
  • 6.176 asistencias
  • ...
Números apabullantes. Espeluznantes. Y eso que ha jugado solo 41 partidos en las dos temporadas anteriores a la actual. No se puede poner en duda que estamos hablando de un jugador superlativo, al que se ha comparado continuamente con Michael Jordan. 

Él mismo ha perseguido esta comparación, adoptando muchos de los tics del mito. Podríamos decir que ha perseguido a un fantasma y, que su afán por alcanzarlo, ha prolongado su carrera más de lo deseable. 

Jugador con un ego que no cabe en el estado de California, provocó la destrucción del equipo ganadro de tres anillos a finales del siglo XX y principios del XXI, gran dominador de la competición junto a los Spurs. Todo porque no soportaba ser segundo espada del Perro Grande, Shaq. Una pena, porque estas decisiones le privaron, sin duda, al menos igualar a Jordan en número de anillos.

Luego dejó momentos para la posteridad, como los 81 puntos anotados a Toronto o los más de 35 puntos por partido de esa temporada 2005-2006 (tope de 27,2 tiros intentados por partido) y le dio tiempo de ganar dos anillos más con nuestro Pau. 

Yo quería irme, pero no me han dejado
Digo que debió irse antes. La temporada 12-13 sufrió una grave lesión en el tendón de aquiles que dinamitó las esperanzas Lakers en los playoffs y le hizo perderse casi toda la temporada siguiente (jugó seis testimoniales partidos). Desde entonces no ha sido el mismo, lo que se aprecia fundamentalmente en el número de tiros libres intentados por partido y, sobre todo, el porcentaje de tiro. 

Kobe Bryant no ha sido nunca un tirador eficiente, sino un tirador de volumen. Ha tirado muchos tiros, por lo que ha metido también un carro de ellos, pero sus porcentajes no han sido nunca para tirar cohetes. Esta temporada 15-16 ha llegado al extremo: está tirando 18,1 veces por partido con un 30,4% de acierto. No podemos decir que se corta un pelo, la verdad.

La extensión de su carrera solo ha sido beneficiosa para su bolsillo, privando a los Lakers de un necesario espacio salarial para su reconstrucción. En el horizonte se atisba una nueva primavera sin playoffs y unos años venideros de duro trabajo. 

Así es Kobe: primero piensa en él, luego en él y, al final, también en él. 





2 de noviembre de 2015

Una vida con la Selección - Eurobasket ´99

El Mundobasket de Grecia de 1998 había servido para forjar el carácter del Combinado Nacional, el llamado espíritu de Atenas, consistente en una aguerrida defensa, no dar un balón por perdido y encomendarse en ataque al talento de Alberto Herreros (a la postre, máximo anotador de la cita mundialista). 

Al año siguiente, 1999, se celebraba el Eurobasket en Francia y España se encomendó a ese mismo espíritu de Atenas. Como veremos, los altibajos emocionales fueron de consideración. 

El formato del camponato consistía en dieciséis selecciones participantes, divididas en cuatro grupos de cuatro equipos de los cuales los tres primeros se clasificaban para la siguiente fase. Los dos grupos de seis selecciones resultantes eliminaban a dos equipos cada uno para dar comienzo a la fase de cruces.

El grupo A (Yugoslavia, Francia, Israel y Macedonia) no dio sorpresa alguna. Los plavi no dieron opción a los locales y los israelitas vencieron en el choque decisivo a una luchadora Macedonia que mereció una mejor suerte. 

El grupo C fue muy igualado. Quitando a la eliminada Bosnia, el resto de selecciones empataron con un balance de 2-1 y el basket average decidió el orden final (Turquía, Italia, Croacia). 

Lo mismo ocurrió en el grupo D, que dejó fuera a ¡Grecia! y clasificó a checos, alemanes (ya con Nowitzki) y lituanos.

España quedó encuadrada en el grupo B con eslovenos, húngaros y rusos. En principio la clasificación era fácil, pues solo había que ganar a los magiares. A partir de ahí, ganar algún partido más que llevarse al grupo de clasificación. 

Los Reyes, familia de gladiadores

Rusia marcaba claramente intenciones desde el inicio (+21 frente a Eslovenia) mientras que España tuvo que remontar un -9 al descanso anotando un total de 57 puntos en la segunda parte (25 de Herreros, 17 de De Miguel y 14 de De la fuente; 14 rebotes de Alfonso Reyes). Era una premonición de lo que iba a pasar a partir de entonces. En la segunda jornada los eslovenos no dieron opción. Los 29 puntos de Herreros fueron inútiles ante los 27 de un joven Smodis que fue una pesadilla durante todo el partido. Al final, 85-75 para los eslovenos. Las cosas se ponían de color gris, pero el equipo rebotó y venció a los rusos por 72-69 (Herreros, 20 puntos, fue el único que superó la decena en nuestra Selección). Esa victoria, junto a la de los rusos ante los eslovenos en la primera jornada, otorgó a los nuestros la segunda plaza del grupo. 

Los grupos  C y D se unieron para formar el grupo F. Allí saltó la sorpresa: el potente equipo croata quedó eliminado al perder con Lituania (-16) y Alemania (-17), siendo capaces de vencer solo al otro equipo eliminado (+22 a los checos). La victoria germana otorgó el cuarto puesto, el tercero fue para los turcos, el segundo para los italianos y el primero para Lituania, que calentaba motores (+16 ante los croatas, +26 a los turcos y +12 ante los transalpinos). 

España inauguró la segunda fase ante Francia con una dolorosa derrota (57-74) en una segunda parte para olvidar. Herreros anotó solo 6 puntos y Dueñas (15+8) y Angulo (10) fueron los únicos que dieron la cara en un equipo totalmente desarbolado. 

La segunda jornada no fue mucho mejor. Como se esperaba, Yugoslavia pasó por encima de los nuestros (63-77) que de nuevo se venían abajo en la segunda parte. La cosa quedaba asi pendiente de una tercera jornada en la que dependíamos de otros resultados. La historia es bien conocida por parte de todos los aficionados al baloncesto: España hizo su parte al vencer a Israel (88-74, con cinco jugadores entre los 12 y los 19 puntos), pero hacía falta una victoria de Francia, ya clasificada, ante los eslovenos. Al descanso Francia perdía 28-38 y todo parecía indicar que nos íbamos para casa. Los jugadores ya estaban haciendo las maletas y el fracaso ondeaba en todos los ánimos, pero los franceses dieron una lección de deportividad y remontaron el partido. Para ellos fue el segundo puesto y para nosotros el cuarto. Los plavi fueron primeros y los rusos, terceros.

Nos habíamos clasificado, pero el regalo era jugarse el cruce de cuartos de final ante Lituania. Vamos, que las cosas parecían bastante finiquitadas aunque se tuviera la oportunidad de llegar hasta el quinto lugar. Pero el baloncesto es un juego de sorpresas: un inconmensurable Herreros (28) y la sublime defensa de Iñaki De Miguel ante Sabonis (3 puntos, 3 rebotes, 5 faltas en 16 minutos) cambió totalmente el panorama. El último tiro de Jasikevicius, a la desesperada, no encontró la red. España se clasificaba para las semifinales de un Eurobasket en el que estuvo a punto de irse dos días atrás. El rival, Francia, que había sufrido para vencer a Turquía (66-63).

La otra semifinal enfrentó a transalpinos y plavi. Los primeros dieron la gran sorpresa del campeonato (71-62, 37-23 al descanso) en un partido muy gris del juego interior yugoslavo (Divac, Tarlac, Tomasevic...). Y España, lejos de mostrarse agradecida, eliminó a Francia apoyada en un tremendo partido de Herreros (29 puntos en 40 minutos), De Miguel (14), Reyes (10 + 9) y Dueñas (8 rebotes). El techo sería la misma final, a la que el equipo llegó desfondado y en la que no pudo hacer frente a un equipo italiano de gran calidad.  

Lisboa, un inicio dorado


La plata final supo a oro, visto cómo habían pintado las cosas apenas unos días antes. Además, la clasificacion para los JJOO de Sidney 2000 volvían a reconciliar a la afición con el baloncesto tras el desastre de Barcelona y la no clasificación para Atlanta. Además, pocos días después, unos chavales imberbes y con mucho acné se proclamarían campeones del mundo de su categoría en Lisboa.  Esos JJOO de Sidney serían un paréntesis antes de su irrupción en la Selección Absoluta y los tres lustros dorados que ahora vivimos. Pero esa es otra historia.




12 de octubre de 2015

Al final no fue difícil

Terminó el Eurobasket de la mejor forma posible: tercer oro para nuestro Equipo Nacional. Un oro ganado frente a Lituania, un país que vive por y para el baloncesto, en un partido bastante más sencillo de lo esperado (80 - 63 al final). Un partido plácido, para variar. Un partido para disfrutar.

Como no podía ser de otra forma, Gasol fue elegido mejor jugador del campeonato (segunda selección desde la de 2009) e integrante del mejor quinteto en el que le acompañaron Sergio Rodríguez (¿?), Nando de Colo, Jonas Maciulis y Jonas Valanciunas.


¡Tricampeones!


Pau Gasol (25,6 puntos y 8,8 rebotes en 30 minutos): todo está dicho ya. Gasólico, más que homérico. Un ejemplo de pundonor y una exhibición como hacía mucho que no se veía en el baloncesto FIBA. El mejor de España con diferencia y el mejor del campeonato. Cuando se retire nos daremos cuenta de la verdadera dimensión del personaje y el jugador. Matricula de honor.

Rudy Fernández (6,3 puntos y 3,9 rebotes en 23,4 minutos): estaba llamado a ser uno de los líderes, pero su espalda le ha dado demasiados problemas. Aún así, estando muy desacertado en ataque, no se escondió y en defensa siguió dando muestras de solvencia. Aprobado.

Sergio Rodríguez (9,9 puntos y 4,3 asistencias en 24,9 minutos): desapercibido hasta bien entrado el campeonato, dejó grandes momentos frente a Alemania y Francia. Abusó del bote, aunque el equipo mejoraba mucho cuando estaba en cancha. Aprobado.

Willy Hernangómez (3,7 puntos y 1,3 rebotes en 5,7 minutos): uno de los damnificados por el mal comienzo del equipo, dejó de contar para Scariolo. Una pena, porque podía haber dado más minutos de rotación que hubieran venido bien. Debe servirle de experiencia porque dentro de nada la zona de España será suya. Sin calificar.

Pau Ribas (6 puntos y 2,2 asistencias en 24,3 minutos): una gran sorpresa, por fiabilidad y carácter, aunque acabó diluyéndose un tanto mientras Scariolo recurría al núcleo duro del Real Madrid. El mejor en la larga distancia en un equipo negado. Notable.

Felipe Reyes (7,2 puntos y 3,9 rebotes en 18,9 minutos): el de siempre. Pundonor en ataque y en defensa, apadrinando cada rebote que pasaba cerca de él. Inmenso en el partido contra Grecia, ayudó a mantener al equipo en los momentos más difíciles. Parece mentira que tenga treinta y cinco años, pero cada año es mejor. Notable.

Victor Claver (3,9 puntos y 4,9 rebotes en 13,7 minutos por partido): parecía que iba a ser su año y parecía que otra vez iba a desaprovecharlo. Claver fue otro desde el partido con Grecia hasta la final del campeonato. Una defensa tremenda sobre los treses rivales, un poderío en el rebote que afianzó al equipo en los momentos difíciles ante Grecia. Facultades no le faltan para ser el nuevo Carlos Jiménez. Sale reforzado. Bien.

Fernando San Emeterio (3,6 puntos y 1,3 rebotes en 16,1 minutos): de un seguro para Scariolo a prácticamente desaparecer de la rotación cuando las cosas se pusieron calientes. Ofreció demasiado poco. Suspenso. 

Sergio Llull (9,4 puntos y 4,4 asistencias en 28,8 minutos): uno de los pesos pesados para Scariolo, su campeonato, especialmente en el tiro, no ha sido para tirar cohetes. Muestras de carácter y defensa, saben a poco para lo que se presupone. Aprobado.

Pablo Aguilar (0 puntos y 0,3 rebotes en 2,7 minutos): inédito. Sin calificar.

Nikola Mirotic (12,7 puntos y 4,9 rebotes en 24,6 minutos): se esperaba más de Nikola, aún siendo el segundo anotador y reboteador del equipo. A su favor que ayudó en tareas más sacrificadas como la defensa o el rebote aunque los tiros no entraran. Desquiciado ante Francia, su peor partido del campeonato. Debe ir a más y se ha ganado un puesto en los JJOO. Aprobado.

Guillem Vives (0 puntos y 0,6 asistencias en 5 minutos): tercer base y lo sabía. No perjudicó al equipo en los minutos que salió. Su juventud, su mejor activo. Sin calificar.

Sergio Scariolo: supo sobreponerse a los malos momentos y cambiar (aparentemente) el planteamiento del equipo sobre la marcha, reduciendo la rotación y aumentando los minutos de los hombres clave, apoyándose en los pesos pesados y dando minutos a quienes mejor se encontraran de la segunda unidad. El equipo mejoró según avanzaba el campeonato, sobreponiéndose a las sucesivas batallas y llegando a la final en su mejor momento. La preparación de los partidos fue intachable, demostrando que es un táctico de primera. Sin duda, su medalla más difícil, por los mimbres con los que contaba. Impensable un éxito así con Orenga en el banquillo. Notable.


18 de septiembre de 2015

Homérico no... ¡gasólico!

Escribo estas líneas después de reposar la gran victoria de ayer ante Francia en las semifinales del Eurobasket y, sobre todo y ante todo, antes de siquiera conocer el que será nuestro rival en la final del próximo domingo. 

Escribo con la tranquilidad de saber que, ahora sí, ya tenemos billete para los JJOO de Río en 2016. La tranquilidad de saber que la mejor generación de baloncestistas de nuestra Historia podrá despedirse como se merece, entre los focos del escenario, y no haciendo mutis por el foro. 

Escribo también desde la sorpresa, porque nunca hubiera apostado por nuestra Selección si tuviera que basarme en lo visto en la fase de grupos, en la que quién sabe si estuvimos a punto de volvernos para casa si el último tiro libre de Schröder hubiera besado la red en lugar de estrellarse en el aro. 

Una sensación olvidada desde 2001, hace ya quince largos años, pero que fue habitual en los negros años noventa en la que vi deambular sin pena ni gloria, año tras año, a una cada vez más acomplejada Selección de Baloncesto. 

Esa sensación se alargó hasta el inicio del último cuarto del partido de octavos de final contra Polonia. Se mascaba la tragedia cuando el Equipo, liderado por Pau Gasol, metamorfoseó y con su líder en el banquillo dio una lección de carácter y se puso por delante en el marcador a la espera de que nuestro Pau diese la puntilla con seis triples en siete intentos. 

No diga homérico... ¡gasólico!

Una lección de carácter que se alargó los cuarenta minutos del choque de cuartos ante Grecia del monstruo Antetokoumpo (diecisiete rebotes el angelito), un partido que de haberse jugado una semana antes nos hubiera mandado para casa sin discusión. Pero España supo mantener el tipo, sobreponerse, jugar de una forma solidaria y machacar al contrario con un estilete, Pau Gasol, que alargaba su leyenda. Pero lo mejor estaba por llegar.

¡Hemos venido a Francia a ganarles aquí!

El grito, la arenga del líder. Demasiado optimista parecía, pero ya nada era imposible. A pesar de veintisiete mil enfervorecidos aficionados franceses que convirtieron el estadio de fútbol reconvertido en pabellón en una olla a presión. A pesar de Vincent Collet, que el año pasado nos dio una lección de cómo se prepara un partido. A pesar de la mejor selección de Francia de los últimos años. A pesar del arbitraje (sí, el arbitraje, que ayer fue de chiste). A pesar de nosotros mismos. A pesar de que Mirotic se fue del partido a causa de ese mismo arbitraje. A pesar de encontrarnos varias veces diez o doce puntos por debajo en el marcador. 

El equipo no se descompuso. Mantuvo el ritmo en ataque y se ató los machos en defensa. Una defensa colectiva, sacrificada, en la que veteranos como Rudy o Felipe daban una lección a sus pares. Por fin, como ante Grecia, Victor Claver se reivindicó, también desde la defensa. 

Y Sergio Scariolo, tan criticado a veces, volvió a dar muestras de que sabe preparar los partidos. Nadie duda de que este equipo, con Orenga en el banco, hubiera perdido tanto con Grecia como con Francia. Nuestra Selección ha llegado a este Eurobasket con bajas notorias, pero Scariolo ha sido un plus que ha paliado esas bajas con un trabajo táctico de categoría, a la altura de los grandes. Se le critica, pero acaba de ganar su cuarta medalla en cinco campeonatos. Solo aquel triple de nueve metros de Teodosic se clavó como un puñal en el corazón en los cuartos de final del Mundobasket de 2010. Scariolo ha vuelto a demostrar que sus grupos crecen y evolucionan durante los campeonatos, y lo ha hecho con el grupo más limitado de los que ha podido disfrutar. Ha tomado decisiones dolorosas, pero también ha premiado a los que han respondido (Claver, Ribas). Ayer, una rotación de ocho hombres (el que menos jugó lo hizo durante más de quince minutos) venció a otra de nueve (en la que los dos jugadores menos utilizados por Collet saltaron a la cancha durante solo seis minutos). A ver si es que esto de las rotaciones hay que hacerlas según se desarrolle el partido y no cuando toca. Hasta se ha dado cuenta de que si no exprimía a Pau, este viaje se iba a hacer muy corto.

Pero por encima de todos, la sombra de Pau Gasol. Lo de ayer no tiene nombre. Treinta y seis minutos, cuarenta puntos, once rebotes, cinco tapones, cincuenta y dos puntos de valoración... Él decidió que este partido lo íbamos a ganar. Este partido lo ganó él. España no habría llegado tan lejos sin Gasol, una vez más un ejemplo de compromiso, jugando muchos más minutos de los esperados, jugando tocado, sufriendo... El más grande de nuestra Historia, el más grande que habrá. No nos engañemos. Hemos tenido que esperar sesenta años para tener un Gasol. Pasará mucho tiempo hasta que nazca otro. 

Pase lo que pase el domingo, a pesar de todo el sufrimiento acumulado, esta medalla sabe mejor que otras. Porque la hemos ganado desde la humildad, con todo en contra, en el filo de la navaja, sabiendo que un solo tropiezo nos llevaba al abismo. 

No hay palabras...

Por todo esto, GRACIAS.

11 de septiembre de 2015

Un viacrucis de primera fase

Nos encontramos en vísperas de los octavos de final del Eurobasket. Tras el experimento de las cuatro sedes, a partir de ahora todo va a suceder en Francia. 

No ha habido grandes sorpresas. Los equipos que estaban en las quinielas para quedarse fuera, lo han hecho. Los equipos que se suponía iban a clasificarse, también. A lo sumo, algunos resultados han sido sorprendentes. Quizá que Rusia quedara fuera del grupo A, también, aunque viendo la banda que son, no se puede decir que no fuera algo esperado. 

La cobertura televisiva del Eurobasket la están haciendo Cuatro (los partidos de España) y Energy (el resto del grupo). No se ha visto nada del grupo C ni del grupo D, y un par o tres partidos del grupo A, así que poco se puede contar aparte de que Grecia, Francia y Serbia son las únicas selecciones que no conocen la derrota. 

Al contrario, solo Islandia no ha ganado ningun partido. Pero, amigos, pueden irse contentos y orgullosos a su helada isla porque en el "grupo de la muerte" han dado la cara como el que más y han puesto en aprietos a todos sus rivales: -6 con Alemania, -7 con Italia llegando con opciones de victoria a los últimos dos minutos, derrota en la prórroga con Turquía, más o menos igualados al descanso con España y Serbia... 

Holanda también ha dado la cara. Tras ganar a Georgia en el primer partido (+1) perdió los siguientes cuantro, pero -7 con Macedonia (de ganar se hubieran clasificado), -7 con Eslovenia, -6 con Croacia y -3 con Grecia.

Igual de triste ha sido la despedida del gran Nowitzki. Alemania solo pudo ganar con apuros a Islandia, pero estuvo a punto de ganar a Serbia (canasta postrera de Bjelica para ganar), remontó 20 puntos de desventaja en el primer cuarto ante Turquía para perder por 5 puntos, perdió en la prórroga con Italia y estuvo a un tiro libre de amargar la primera fase a España. Llama la atención el pobre juego y minutaje de Dirk y que todo se fiara a Schröder, un base tan talentoso como alocado en ocasiones. 

La despedida del más grande


¿España? Ciclotímica. Pasando de lo más negro a lo más luminoso. 

El partido contra Serbia se gestó en un desastroso tercer cuarto, un mal partido en general de Mirotic y Gasol y los triplazos de Bjelica y Bogdanovic desde Belgrado evitaron la remontada final.

Otro desastroso tercer cuarto contra Italia, además del partidazo de Bellinelli, Gallinari, Bagnani y Gentile, eclipsaron a un imperial Pau. En ese partido, Italia anotó más de cien puntos por primera vez en diez años y España recibió más de cien puntos de un equipo que no fuera EEUU por primera vez desde 1992. Fue un ataque de 98 puntos, pero la defensa simplemente no existió.

Sylvester Stallone acaba con la resistencia española


El partido contra Islandia, aunque se ganó con comodidad (+28) no despejó dudas tras llegarse igualado al descanso. En esta ocasión, el tercer cuarto fue el nuestro.

Al final, todo o nada ante Alemania. +13 a falta de siete minutos y acabamos pidiendo la hora. 

La conclusión es que no llegamos en el mejor momento, a pesar de la segunda posición que nos deriva a jugárnosla contra Grecia en cuartos y Francia en semis si ganamos a Polonia mañana y todo transcurre con normalidad. Un excesivo minutaje de Pau, una rotación cada vez más reducida por voluntad técnica (Claver, Aguilar, Vives y casi Hernangómez no cuentan para Scariolo) o física (molestias de Rudy), un juego exterior que no acaba de carburar, una defensa que en ocasiones ha sido de broma... demasiadas sombras para ser optimista en el Eurobasket de los últimos años. 

Veremos cómo se desarrolla el asunto estos días...

31 de agosto de 2015

¿Sabemos a lo que jugamos?

Ayer se jugó el último partido de la fase de preparación del Eurobasket más difícil de los últimos años y que dejó una victoria aparente ante la República Checa (81-68). La Selección decidió el partido en el último cuarto, aguantando los arreones de los checos cuando se pusieron a cuatro puntos y distanciándose ante un equipo muy físico hasta rozar los veinte de diferencia. Gasol, 18+12 y 31 de valoración en 21 minutos.

Antes, dos victorias ante la débil Macedonia por cerca de treinta puntos de ventaja. 

Lo mejor, que tanto Gasolo como Mirotic se han ido entonando y que los mejores minutos de España vienen con uno o dos sobre la cancha. También, que hay momentos de fluidez ofensiva que sirven para distanciarse en el marcador. O que los quintentos bajos han funcionado bastante bien en defensa.

Lo peor, que Rudy y Felipe se han diluido bastante en los últimos partidos, que cuando no está Gasol se abusa mucho del bote, que Llull sigue corriendo a veces como pollo sin cabeza, que Claver no está (Aguilar le ha pasado por la derecha)... y que el rebote se muestra frágil en ocasiones. 

Este tío es un crack...
y me apetecía poner su foto

Preocupa lo malo, porque esta es una Selección con mucha clase media pero pocas estrellas de verdad que permitan sostener el ataque por sí solos. No tiene por qué ser malo, pero la falta de un referente ha llevado a abusar del bote, del triple y de las acciones individuales. 

También resulta curiosa la configuración del equipo. La baja de Abrines se cubre con Aguilar y la inoperancia de Claver, directamente, no se cubre... Siempre he defendido a Claver, pero quizá ahora nos hubiera venido mejor Dani Díez. 

Balance inmaculado en la preparación (7-0). Se está criticando mucho que no se haya salido de España y que los contrincantes no tuvieran excesivo nivel, pero tampoco tiene por qué ser malo. Ha servido para ir poniendo a punto a Pau, integrando a Mirotic y dando minutos a los que jugarán menos en el campeonato. Hemos evitado sobrecargar a Pau y, sobre todo, verter dudas sobre el proyecto si en algún caso nos hubiera caído una pana con, digamos, Francia o Serbia. 

El Eurobasket va a ser chungo, ya lo hemos dicho. El grupo más difícil. Con matices: Alemania no es tan fuerte; Turquía no es fiable; Italia tiene mucho por demostrar. Las tres selecciones son ganables y el primer puesto debería salir del Serbia - España de la jornada inaugural.

Hay que evitar como sea la cuarta plaza que nos cruzaría, previsiblemente, con Francia en su terreno. El resgo del grupo A no mete miedo. Si se pasa el cruce de octavos, también el camino a semifinales es más sencillo, con rivales de los grupos C y D. 



Crucemos los dedos.

 


19 de agosto de 2015

Luces y sombras, después de cuatro pruebas

Nuestro Equipo Nacional, con aún dos descartes por hacer, ha jugado ayer su cuarto compromiso de preparación en los que ha dejado algunas luces, pero más sombras. No obstante, el fulgor de aquéllas me hace ser todavía optimista de cara al exigente Eurobasket. 

En el primer partido se tuvieron algunos problemas de más con una voluntariosa Bélgica que tiene poco más que a Hervelle y Van Rossom (67-64 final). Muchas imprecisiones y ataque poco fluido, la defensa no estuvo mal. 

Pau, eres muy grande

En el segundo partido, Polonia dio también demasiada guerra. Vale que tienen a Gortat (18+14), pero se antoja poco para hacer frente a los nuestros. Los mismos problemas en ataque y la defensa lo mejor.

En el tercero, Senegal fue una banda. Poco hay que comentar, porque después de un 0-6 de salida el resultado terminó siendo 96-49. Y pocas conclusiones podemos hacer.

Su sola presencia aumenta el nivel y las posibilidades del colectivo

En el cuarto, Venezuela nos hizo sudar demasiado. Seis abajo a falta de tres minutos, empate a falta de veinte segundos. Palmeo de Felipón para ganar 82-80. La defensa, un coladero. El ataque, algo mejor. 

¡Qué huevos tienes, Felipe!


Mis conclusiones a fecha de hoy:

  • Felipón y Pau (segundo máximo anotador de la Historia tras superar a Emiliano ante Venezuela) siguen siendo valores seguros. Parece increible que Felipe tenga 35 años. Pau es tan bueno que, aunque parezca que no hace nada, está rellenando la planilla.
  • Rudy se va entonando y aporta en todas las facetas.
  • Mirotic no se arruga y, aunque menos de lo esperado, toma responsabilidades en ataque y ayuda mucho al rebote. 
  • Se hecha de menos un base que permita controlar mejor el juego en estático. El Chacho y Llull van a lo suyo y a veces el equipo requiere otra cosa que no hay nadie que le pueda dar. Vives es muy joven y parece que tampoco va por ahí su juego.
  • Willy Hernangómez tendrá minutos. Lo hace bastante mejor que Xavi Rey hace un par de años. Aumenta la esperanza en un escenario post-Gasol.
  • Rabaseda parece un descarte fijo. Si Abrines se recupera bien, debe tener minutos en este equipo. San Emeterio parece un fijo para Scariolo.
  • El otro descarte estará entre Claver y Aguilar. Los dos están perdidos en ataque, pero van mejor en defensa. Lo de Claver clama al cielo, con el potencial que tiene el chaval va camino de perderse para siempre. Ahora mismo no me atrevo a apostar por uno u otro.
  • Interesante variante táctica la de jugar con tres altos sin Pau. Equipo muy móvil y la presencia de Felipe hace que apenas se resienta el rebote.
  • La defensa zonal con Pau se antoja muy interesante.
  • Parece que falta fondo de armario para partidos ajustados y/o trabados. 
  • El núcleo del Madrid (Felipe, Chacho, Llull y Rudy) + Pau parece que será el destinado a sacar las castañas del fuego.  
  • La configuración del equipo y la búsqueda de quintetos versátiles avala la presencia de Mirotic en lugar de Ibaka.

Este tío es un jugón. Un Rudy 2.0


Lo dicho, más luces que sombras. ¿Será suficiente para llegar a la final del Eurobasket? Da vértigo pensar en otra cosa.

25 de julio de 2015

Una vida con la Selección - Mundobasket '98

El Eurobasket celebrado en casa, con más sombras que luces, al menos permitió a la Selección clasificarse para disputar el Mundobasket de 1998, celebrado en Grecia. 

Dieciséis selecciones se encuadraron en cuatro grupos de cuatro equipos cada uno. Tres se clasificarían en cada grupo, pasando a una segunda fase en la que jugarían con los otros tres clasificados de un segundo grupo, arrastrándose los resultados de la primera fase. A partir de ahí, eliminatoria pura desde los cuartos de final. 

En el grupo A los griegos hicieron valer el factor cancha con tres trabajadas victorias en las que no llegaron nunca a los diez puntos de margen. Los italianos, vigentes subcampeones de Europa, lograron dos trabajadas victorias ante canadienses y senegaleses, que se vieron eliminados con tres honrosas derrotas. 

El grupo B era el del campeón europeo, subcampeón mundial y máximo favorito para la victoria final: la Yugoslavia de Bodiroga. Una cómoda victoria ante Puerto Rico (+14) y otra en la prórroga ante Rusia (+8) fueron el preludio de la paliza a Japón (+44). Evidentemente, rusos y boricuas se jugaron la segunda plaza, que fue para los primeros con un +13 en la última jornada. Los nipones fueron la comparsa del grupo. 

El grupo C era el de los americanos del lock-out. Al haber un cierre patronal NBA, los de USA Basketball decidieron jugársela con jornaleros de Europa. La primera en la frente, quedaron segundos de grupo al ceder ante Lituania por un ajustado 84-82. El tercer puesto fue para la devaluada Brasil, que sufrió lo indecible para ganar 76-73 a Corea del Sur. 

Y en el grupo D estaban nuestros chicos. La victoria contra Nigeria en la jornada inaugural, más trabajada de lo esperado (80-68) fue seguida por dos victorias por la mínima ante Australia (77-76, con tiros libres de De la Fuente, que no fue nunca un especialista) y Argentina en la prórroga (68-67, después de que Espil casi finiquitara el partido). Las sensaciones no eran las mejores, pero al menos se ganaba. 

En la segunda fase, Italia dio la sorpresa al vencer a Yugoslavia (61-60), lo que le valió la cuarta plaza del grupo. Rusia se encaramó a la segunda plaza al vencer en sus tres partidos, mientras que Grecia solo tuvo que ganar a Puerto Rico para alcanzar la tercera plaza. 

España comenzó la segunda fase con victoria, cómoda, ante Brasil (78-68), pero se tropezó ante los mercenarios curtidos en mil batallas de Estados Unidos (73-75), que finalmente fueron primeros de grupo. El último partido, ante Lituania, decidía la segunda plaza que al final fue para los nuestros al vencer en la prórroga (86-80). El premio, jugar contra los anfitriones en cuartos de final. 

David Wood, uno de los tíos más duros que he visto
en una cancha de baloncesto

En un duelo caliente, Rusia acabó venciendo a Lituania (82-67). Estados Unidos venció a Italia con sufrimiento (80-77) y Yugoslavia a Argentina en un partido trabado (70-62). Pero más trabado aún fue el España - Grecia, en el que una vez más mandó el infierno griego que condicionó la labor arbitral y desquició a Herreros. Con su mejor arma fuera de juego, España sucumbió con honor (62-69), enviando un mensaje de lucha, coraje y determinación como no se veía en años. 

A partir de ahí, Rusia derrotó a Estados Unidos (66-64), mientras que el crédito se le acabó a Grecia (eso o es que a Yugoslavia no había bemoles a hacerle lo que a España), que fue derrotada por los plavi por 73-78 y luego arrasada por EEUU en la lucha por el bronce (84-61). En la final, Rusia se lo puso muy difícil a Yugoslavia, que logró ganar el campeonato con un marcador paupérrimo (62-64 para los plavi). 

Nuestros chicos se volvieron a enfrentar a los argentinos, ganando esta vez con más claridad (77-64) y luego se jugaron la quinta plaza contra los italianos, ganando también por 64-61.

Dejan Bodiroga fue nombrado mejor jugador del campeonato y le acompañaron en el quinteto su compatriota Rebraca, el italiano Fucka, el ruso Karasev y nuestro estilete Herreros, que además fue máximo anotador del campeonato. 

A Bodiroga y Rebraca les acompañaron Scepanovic, Sasha Obradovic, Loncar, Beric, Djordjevic, Drobnjak, Bulatovic, Tomasevic y Topic, dirigidos todos ellos por el gran Zeljko Obradovic. Un equipo talentoso pero cicatero, más pendiente de controlar el tempo del partido para sacar ventaja del genio Bodiroga, que para aquel entonces ya estaba bastante por encima de Djordjevic. 

La Rusia de Sergei Belov estaba plagada de nombres ilustres. Además de Karasev estaban Kudelin, Pashutin, Tikhonenko, Babkov, Mikhailov, Morgunov, Panov o Nosov. 

A Rudy Tomjanovich le dijeron en Estados Unidos que iba a mandar otro poortaviones y lo que le dieron fue una patrullera. No obstante, el talento de aquellos jugadores y, sobre todo, su oficio, valieron un trabajado bronce. Resuenan en la memoria nombres como Trajan Langdon (leyenda en el CSKA), Jimmy Oliver (que aquel año había jugado ACB en el Huelva), Wendell Alexis (ex Real Madrid y leyenda del Alba de Berlín), Gerard King, David Wood (jugador blanco, luchador y mítico componente de Barcelona, TAU, Unicaja y Fuenlabrada, entre otros) y el joven Brad Miller (no entró en el draft de aquel año y jugó en Italia antes de una brillante carrera en Chicago y Sacramento.


Wendell Alexis o la antítesis de Wood, todo elegancia

El equipo español estaba en plena renovación. Quizá algo corto de talento, se encomendó a la defensa y a la eficacia ofensiva de Alberto Herreros (17,9 puntos en 33 minutos), la solidez de Alfonso Reyes (11,6 puntos y 7,2 rebotes en 27 minutos) y la dirección del boquerón Rodriguez (8,3 puntos y 3,2 asisntencias en algo más de 23 minutos).  A partir de ahí, un grupo joven y esforzado. La estrategia salió bastante bien, dado el resultado (hasta entonces el segundo mejor de nuestra Historia) y la imagen ofrecida. Acompañando al muchacho de Fuencarral estaban Angulo, Rodilla, Azofra, Orenga, Nacho Rodríguez, Carlos Jiménez, De la Fuente, Paraíso, De Miguel, Reyes y Dueñas. 

Se da la circunstancia de que Rodrigo de la Fuente se convirtió en el segundo español, tras Iturriaga, en ser internacional en todas las categorías. En ese campeonato también debutó Carlos Jiménez, el que fuera capitán de la época dorada y cuya retirada ha dejado un hueco en el puesto de alero alto que todavía hoy, siete años después, no se ha podido cerrar. 

En la siguiente entrega veremos cómo España se asomó al abismo.

19 de julio de 2015

Inflación galopante

La locura salarial se ha instalado en la NBA. Nada de recortes, como ocurre en nuestra zona euro. Al contrario, se está produciendo una lluvia de millones como pocas veces se han visto. Marc Gasol firmó 110 kilos en cinco años. La ceja, 129 millones en el mismo periodo de tiempo. La lista de jugadores con contratos superiores a 80 milloncejos, nombres que en ocasiones están bastante lejos de ser estrellas de primer nivel (Draymond Green, relevante en los Warriors pero sin ser una estrella, se llevará 85 kilos en cinco años; Enes Kanter, hasta ahora jugador de rotación con mucho prometido y poco realizado, 70 millonnes...). Cifras mareantes, aún cuando son brutas (el salario neto es aproximadamente la mitad).

Nuestro amigo LeBron se ha conformado con 45 millones en dos años. Una jugada maestra, porque esto no ha hecho nada más que empezar.

Y es que la NBA ha firmado un contrato televisivo que le reportará más de dos mil millones de dólares. Eso revierte directamente en el tope salarial, que este año pasa de 63 a 70 millones. Y en la temporada 2016/17 será de más de cien millones. 

O sea, que la jugada de LeBron ha sido de traca: se lleva un buen pellizco ahora y se asegura ser agente libre cuando la verdadera millonada se vaya a repartir.


Estoy pensando seriamente en no retirarme, LeBron...
Creo que puedo ganar 50 kilos al año sin despeinarme...

La amenaza de inflación es importante. Muy importante, porque ahora nadie se atreve a calcular cuál puede ser el valor de James, Durant, Westbrook, Curry... las verdaderas megaestrellas de este deporte. Y seguramente el primero que mueva ficha se quedará corto y será superado en la lista de salarios con bastante rapidez, con la consiguiente frustración de su ego. Eso por no hablar de las posibles consecuencias que todo esto puede tener a este lado del Atlántico. Si dicen que Llull renunció a 9 millones por continuar en el Madrid, habría que ver cómo está la cosa en dos años.

Al otro lado de la mesa, las franquicias y la NBA. Ya está Adam Silver, que no da puntada sin hilo, apuntando que muchas franquicias pierden pasta. Y ya está el sindicato de jugadores afirmando que eso no es verdad... Hay que recordar que el vigente convenio colectivo caduca en 2017 y que la última negociación llevó al cierre patronal (el segundo en menos de quince años). 

Veremos ahora si la NBA está preparada para un crecimiento sostenible o si esta lluvia de millones, beneficiosa en principio, no va a ser engordar para morir.

12 de julio de 2015

Una lista para la necesidad

Y por fin Scariolo dio la lista... Sin demasiadas sorpresas, porque detrás del aparente fulgor del baloncesto español hay muy poquita cosa en realidad... Vamos, que detrás de quizá veinte nombres, el nivel baja bastante, y si además Navarro y Calderón se caen de la convocatoria...

La lista:

Guillem Vives, Quino Colom, Sergio Rodriguez, Sergio Llull, Rudy Fernández, Alex Abrines, Pau Ribas, Fernando San Emeterio, Dani Díez, Xabi Rabaseda, Victor Claver, Pablo Aguilar, Nikola Mirotic, Felipe Reyes, Pau Gasol, Marc Gasol y Willy Hernángomez. 

Ni una arruga en el traje, hoygan

Deshojada la margarita por parte de Marc Gasol, solo quedan dieciséis nombres para doce puestos. Hace falta, pues, descartar a cuatro. Mi apuesta: Vives, Colom, Rabaseda y Ribas. 

Scariolo ha jugado sobre seguro al citar a Mirotic en lugar de Ibaka. La lesión del hispano-congoleño y la duda de si estará en condiciones de jugar en el europeo ha jugado a favor del hispano-montenegrino. Yo hubiera hecho lo mismo, por otra parte. 

Tenemos entonces una lista con oficio, algo rejuvenecida, bastante mejor que la que en 2013 se colgó el bronce y que con la confirmación de Pau Gasol aspira a grar el objetivo: meterse en una final que da el pasaporte directo a los JJOO de Río en 2016.

Espero que Scariolo sea valiente esta vez para dar minutos por calidad y no por galones. Espero además un quinteto base formado por el Chacho, Rudy, Claver o Díez, Mirotic y Gasol, y una segunda unidad con minutos gracias a Llull, Abrines, Reyes y Hernangómez. 

O sea, nada de jugar con Rudy de alero. Bastante ventaja hemos dado todos estos años como para desaprovechar ahora la altura y facultades de Claver (o Diez) en ese puesto. Y nada de que juegue el Chacho con Llull a la vez, salvo como recurso puntual. 

Soy bastante optimista, pero tenemos a Serbia y Francia a un nivel bastante similar al nuestro. Además de que el grupo que nos ha tocado en suerte es el más duro (Serbia, Italia, Alemania, Turquía, Islandia), pero una buena posición garantiza unos cruces bastante asequibles.

Y, a pesar de todas las críticas, Scariolo debería darnos un salto de calidad comparado con Orenga. 

Estamos listos para ver el que será, probablemente, el penúltimo gran campeonato de la mejor generación de nuestra historia.

5 de julio de 2015

Ganarlo todo

Seguimos con noticias de rabiosa actualidad en el blog. En este caso, el título de la Liga Endesa que ha ganado el Real Madrid arrollando al Barcelona por un 3-0 inapelable. 

Ha sido una final más fácil de lo esperado, sobre todo tras haber visto algunas dudas en la eliminatoria ante el Valencia que hacían presagiar que el enfrentamiento final iba a tener una serie de complicaciones que al final no se han dado. 

A este tío se le odia o se le ama. Depende del lado que estés

Ha sido un 3-0 en el que solo durante el primer partido y algunas fases del tercer partido han habido momentos difíciles. El resto del minutaje ha sido de una superioridad aplastante del equipo blanco en el que, más o menos, todo ha funcionado bien con minutos de verdadero talento en el primer cuarto del segundo partido.

Más de cuarenta años después, el Real Madrid ha vuelto a ganarlo todo: Copa del Rey, Copa de Europa y Liga (a añadir la Supercopa Endesa, que no se disputaba entonces). Un salto desde los Brabender, Luyk y Rullán hasta Rudy, Felipe y los Sergios. De Pedro Ferrándiz a Pablo Laso. 

Sergio Llull ha sido designado MVP aunque insisto en que no es santo de mi devoción, que juega muy alocado, que se tira mandarinas y que a veces no sabe qué hacer con el balón. Claro que tiene explosiones de juego, pero no tiene cabeza. En cambio, veo al Chacho evolucionar por la cancha y me entra un estado de tranquilidad zen hasta que el balón, la mayoría de las veces, pasa por el aro. Y si le hubieran dado el trofeo a Carroll, tampoco habría chirriado la cosa.

Sergio Lull, se masca la tragedia

Sale reforzado Laso del envite, cómo no. Toda la semana en el alambre, a pesar de ir quemando etapas. A pesar de su incuestionable trayectoria (diez títulos, trece finales, de dieciséis posibles). Y espero que siga así por muchos años, a pesar de no saber, o no querer, jugar con pivots grandes y dominantes (Bourousis desaparecido, Mejri casi, minutos para Felipe, Slaughter y Nocioni como cuatro) y de jugárselo todo al innegable talento exterior. 

Más luces que sombras para Laso, bastantes más sombras que luces para Xavi Pascual. El entrenador culé somete a sus jugadores a una montaña rusa de sensaciones: Hezonja casi gana solo al Madrid en el primer partido, para apenas jugar en el segundo y en el tercero; Abrines no juega hasta el segundo partido; Lampe, casi inédito... 

Rudy, sumando intangibles antes de pasar por el altar


Pascual no ha sabido tampoco aprovechar el inmenso talento de Tomic ni el pundonor de Oleson. No ha sabido dar con la tecla para aprovechar al jugadorazo que es Doellman. No ha sabido dar la vuelta a la dinámica de la final y, esta vez sí, ha perdido la partida con Laso. ¿En serio Edwin Jackson tiene que jugar más que Abrines?

Ni siquiera la lesión de Navarro sirve como excusa. Más bien le debería haber solucionado un problema a Pascual, visto lo que estaba aportando.

Buenos tiempos, para la lírica. Que dure.


24 de junio de 2015

Guerreros virtuosos

Me está costando un poco actualizar este blog, la verdad, así que la actualidad me desborda. Hoy vengo a comentar una noticia rabiosa: el triunfo de Golden State Warriors en las finales de la NBA 2015. Pasó ayer, como si dijéramos...

No he podido seguir las series finales como hubiera querido. Desde que Timocable me retiró Sportmania de un día para otro, me he quedado huérfano de NBA (y de Euroliga también), pero he hecho lo que he podido con la página oficial y con los periódicos deportivos. 

El resultado final, 4-2, no refleja la superioridad de Golden State, pero sí refleja lo que es la victoria de un equipo frente a las individualidades. 

Vale que a los Cavs se le puso todo cuesta arriba: la lesión de Love en la eliminatoria frente a los Celtics se sumó a la posterior de Irving. O sea, que fue una reedición de las finales de 2007, LeBron frente al mundo. 

Cinco guerreros

O no tanto. A pesar de que ha firmado números de otra época (matizados, que no es oro todo lo que reluce), ha tenido ayuda inesperada de Mozgov y de Tristan Thompson. Vale que JR Smith colapsó, que el efecto Dellavedova duró poco y que el banquillo de los Cavs es de broma, pero LeBron no puede decir que estuvo solo. 

Analicemos un poco al rey: 38 tiros en el primer partido (18 canastas), 35 en el segundo (11 canastas, con victoria y triple doble), 34 en el tercero (14 canastas, victoria y dos asistencias menos del triple doble), 22 en el cuarto (7 canastas), 34 en el quinto (15 canastas y triple doble) y 33  en el sexto (13 canastas, 18 rebotes y 9 asistencias). Pudo ir a triple doble por partido, pero sus porcentajes de tiro... (acumulado 78 de 196)... Podríamos decir que él pensaba que estaba solo. 

Enfrente, a pesar de tener al MVP de la temporada, Stephen Curry, se encontraba un equipo que, además de jugar bonito, se sabía superior a los Cavs. Un equipo que se sobrepuso al mazazo del 2-1 en contra y que ganó merecidamente el anillo al ganar los tres partidos siguientes. 

Daimiel, ¿por qué todos los jugones sonríen igual?


Miremos ahora al banquillo: David Blatt ha sido una broma en la NBA. No solo en las finales, superado con claridad por el también novato Steve Kerr, sino durante muchas fases de la temporada. El equipo solo ha jugado cuando LeBron ha estado a su nivel. No ha sabido integrar a Kevin Love ni sacar partido, por pequeño que fuera, a su pobre banquillo. 

Steve Kerr, por su parte, supo variar un planteamiento que no le estaba favoreciendo: dejó de jugar con Bogut como referente interior (prácticamente inédito en los tres últimos partidos de la serie), sacrificando el rebote frente al mediocre juego interior de los Cavs, para dar muchos minutos a Iguodala que, además de defender a LeBron con dignidad, se hizo grande hasta liderar en ataque y ganar un merecido MVP de las finales. Vale que la idea no fue suya, pero Kerr tuvo la valentía de aceptar la propuesta de su equipo técnico. A veces, la madera de un líder se ve en estos detalles. 

Un apunte personal: cuando comencé a saber algo de la NBA, los Warriors eran un equipo hundido en la clasificación de la Liga. Luego llegó Nelson con el Run TMC y Manute Bol tirando triples, lo que hacía de ellos un equipo simpático. Después, el Yes We Can con el que eliminaron a Dallas en los últimos fulgores de Baron Davis. Hoy son campeones de la NBA con un juego que gusta ver y con un par de francotiradores (Curry y Thompson) como Kerr lo fue en su día. Me alegro por ellos.

¡Campeones!

6 de junio de 2015

Una vida con la Selección - Eurobasket ´97

El año 1996 nos dejó los Juegos Olímpicos de Atlanta y una final en la que Yugoslavia plantó cara al Dream Team II durante casi quince minutos, lo máximo que se habia conseguido hasta entonces.

Nuestra Selección se pasó el año en blanco por la debacle del Eurobasket de 1995, así que este año de 1997, con el campeonato celebrándose en casa, debería ser el preludio de la resurrección. No fue exactamente así...

Las dieciséis selecciones participantes se dividieron, como era habitual, en grupos de cuatro de los que se clasificaban tres que se cruzaban con otro grupo manteniéndose los resultados propios. Vamos, que era relativamente sencillo para clasificarse al menos hasta cuartos de final y a partir de ahí...

El objetivo, asegurar al menos la plaza para el Mundobasket a celebrarse el año siguiente en Grecia y volver a competir en la élite del baloncesto mundial. 

El grupo A lo dominó Grecia que, tras un primer partido plácido frente a Ucrania (+22) solo pudo ganar por una canasta a Rusia y Turquía, que fueron sus acompañantes a la siguiente fase. Bosnia, con tres derrotas por un margen inferior a diez puntos, se quedó fuera. 

El grupo B lo dominó Lituania por delante de una sorprendente Israel y su estrella, Oded Katash, y de Francia. Eslovenia no fue capaz de ganar ni un partido. 

El grupo C lo ganó sorprendentemente Italia, que venció a Yugoslavia en el duelo directo (74-69), con algún apuro a Letonia (+5) y con algo más de comodidad a Polonia (+15). Los plavi fueron segundos mientra que Polonia hizo valer su victoria ante Letonia a pesar de su contundente derrota ante los transalpinos y los balcánicos (-37). 

En el grupo D, España cumplió venciendo a Ucrania (82-54), una disminuida Croacia (78-71) y Alemania (67-59). El triple empate se resolvió a favor de croatas y alemanes. Las sensaciones del grupo no eran del todo malas, pero tampoco para tirar cohetes. 


Todo a cámara lenta, calidad a raudales

Los grupos A y B convergieron en el E, en el que Grecia ganó sus tres partidos por márgenes muy ajustados pero manteniendo un balance de 6-0 y la primera posición del grupo. Rusia, Turquía y Lituania fueron, por ese orden los otros equipos clasificados. Israel se desfondó y no fue capaz de ganar un partido más, al igual que Francia que no había dado buenas sensaciones desde el principio.

Los grupos C y D se juntaron en el F, en el que tanto Italia como Yugoslavia ganaron sus tres partidos. La sorprendente Polonia ganó dos (a Croacia 77-76 y a Alemania 86-76) y se clasificó como cuarta del grupo. La tercera plaza fue para España que compitió contra Italia (derrota 60-63) y Yugoslavia (derrota 70-79) pero venció con solvencia a Polonia en la única derrota de los polacos en esta segunda fase (104-61). El cruce de cuartos se presentaba entre un mar de dudas y alguna que otra esperanza para los españoles.

Grecia e Italia se clasificaron con rotundidad para semifinales, venciendo a polacos (72-62) y turcos (66-43). Lo mismo hizo Yugoslavia con Lituania (75-60) en un partido totalmente diferente a la vibrante final que ambos combinados habían ofrecido un par de años atrás. 

El guión para España fue el mismo que el de los últimos campeonatos, perdiendo contra Rusia (70-67) después de mantener una cómoda ventaja en la primera parte. Los 21 puntos de Fetisov, los 15 de Mikhailov y los 14 de Karasev fueron demasiado para los 17 de Orenga, los 12 de Smith (con 7 rebotes y 3 asistencias) y los 10 de Herreros, estando el resto de jugadores muy desdibujado. Con todo, al final España tuvo un último balón para empatar, pero el triple de Smith acabó siendo escupido por el aro. No recuerdo muy bien por qué tuvo que acabar él tirando ese tiro y no Herreros o Angulo, por poner dos ejemplos, pero por lo menos tuvo la valentía de hacerlo en un tiempo en que esta escaseaba en el combinado nacional. 

Apeado el anfitrión de la lucha, el resto de eliminatorias transcurrió como estaba previsto: Yugoslavia venció a Grecia (88-80) con un gran partido de Bodiroga (22+6+5) y Danilovic (20) en una noche aciaga de Djordjevic. En el otro lado del cuadro, Italia remontó a Rusia (67-65) con 19 puntos de Myers, 14+10 de Marconato y 13 de Fucka.

El detective de Hotel, lo dio todo por España


La final fue una muestra del paupérrimo baloncesto jugado en el campeonato, con un resultado fnal (63-49 para los plavi) que no hace justicia a la calidad que ambos equipos atesoraban. Eran los tiempos del basket-control. Los felices años ochenta habían quedado atrás. 

Los chicos de Lolo Sainz se repusieron al mazazo de los cuartos de final venciendo a Turquía (86-81 con 18 puntos de Herreros, 15+9 de Reyes y 17 de Ferrán) en un partido en el que se dominó el rebote con claridad (31-11) y a Lituania por el quinto puesto en un partido vibrante (94-93) con 20 puntos de Herreros, 17 de Angulo y 19+6 de Ferrán. Así que, por lo menos, el objetivo se había logrado  al año siguiente se participaría en el Mundobasket. Magro consuelo, aunque probablemente las expectativas eran demasiado altas para la calidad del grupo, lo que por entonces solía ser algo habitual. 

Por Yugoslavia participaron nombres conocidos como Bodiroga, Danilovic, Obradovic, Loncar, Djordjevic (algo gris su campeonato), Rebraca, Tomasevic o Beric. 

Por Italia, además de Myers, Fucka y Marconato, los Abbio, Coldebella, Pittis, Galanda, Frosini o el nacionalizado de 36 años Dan Gay.

El bronce fue para Grecia, con un equipo plagado de desconocidos además de los Sigalas, Rentzias, Ekonomou, Alvertis, Papanikolau o Christodoulou. 

En el resto de selecciones había nombres como el bosnio Mujezinovic, los croatas Alanovic, Giricek, Kovacic, Sesar, Rimac o Prkacin, los franceses Julian, Bonato, Thierry Gadou, Risacher, Foirest o Sciarra, los alemanes Rödl, Harnisch, Femerling u Okulaja, el israelí Katash, los lituanos Karnisovas (la estrella de los bálticos), Jasikevicius, Stombergas, Zukauskas, Timinskas o Einikis (gran campeonato el suyo), el polaco Wojcik, los turcos Turckan, Besok, Kutluay o Sarica, los rusos Koudelin, Panov, Nosov, Mikhailov, Fetisov o Karasev y los eslovenos Alibegovic, Nesterovic, Milic o Zdovc.

Solo destellos, nunca cristalizó lo que prometía


Pero tal cantidad de estrellas europeas no pudo elevar el nivel de juego, verdaderamente lamentable en algunos partidos. 

Los doce españoles participantes fueron Esteller, Angulo (9 puntos en 16 minutos), los hermanos Jofresa, Orenga, Nacho Rodríguez, Mike Smith (en su segundo y último campeonato y de los pocos que dio la cara ante Rusia en cuartos de final), Herreros, Paraíso, Ferrán Martínez (que puso de manifiesto tanto su capacidad para sumar como su alergia al contacto), Reyes (máximo reboteador pero que hipotecaba al equipo en partidos contra rivales de mucha altura, como en cuartos ante Rusia) y Dueñas (incapaz de marcar diferencias a pesar de sus 2,21 metros). 

Los años de travesía en el desierto continuaban. Las dudas existenciales también. El carácter ganador se había perdido hace años. Las expectativas no eran buenas.





24 de mayo de 2015

Veinte años no son nada

Ha pasado ya una semana desde que el Real Madrid de baloncesto, a las órdenes de Pablo Laso, rompió una maldición que ya duraba veinte años. Noveno título europeo para un equipo que es historia viva de este deporte. 

Y lo ha hecho haciendo frente a sus complejos y sus monstruos. Derrotando en la semifinal al gran ogro de la Euroliga, el gran Zeljko Obradovic, que la ha ganado con cuatro equipos diferentes y que fue precisamente uno de los grandes protagonistas del último gran título madridista. Un equipo, el Fenerbahce turco, con una plantilla bastante apañada y que había derrotado al Barcelona para llegar a la Final a Cuatro de Madrid.

En el horizonte se perfilaba el CSKA, quizá el favorito máximo para el título, aunque parece que la falta de Messina ha pesado demasiado. Así que, quien esperaba el domingo por la tarde, era el viejo enemigo, Olimpiacos, Spanoulis, Printezis. Los mismos que hace un par de años rompieron el corazón blanco remontando veinte puntos de ventaja en un suspiro para alzarse con la copa.

 
Por lo menos fue en color...


Esta vez no fue así. 

Es probable que el Real Madrid tenga una plantilla inferior a la de los últimos años. Para empezar no está Mirotic, y su hueco no se ha terminado de llenar.

Es también probable que el Real Madrid tenga este año una plantilla demasiado vieja, comparada con las últimas. A los años que van cumpliendo los Rudy, Chacho, Felipe y Llull, hay que añadir la edad de los nuevos fichajes.

Pero lo que es cierto es que el Real Madrid tiene la plantilla con más carácter. Para ello ha fichado a Ayón, a Maciulis y, sobre todo, a Nocioni (lo de Campazzo me parece un poco broma, la verdad). El chapu, odiado cuando jugaba en el TAU / Caja Laboral, ha subido a los altares de la religión merengue ganando un merecido premio MVP a sus treinta y cinco años de edad. Merecido, porque no hay más que ver los estratosféricos tapones que ha colocado en semifinales y final, para hundir sicológicamente a sus rivales. 

Grandes aciertos, sobre todo Ayón (ha llegado en un gran momento al tramo decisivo, supliendo el bajón de Boroussis o quizá siendo causa directa del mismo) y Nocioni. Como gran acierto fue mantener a Slaughter (sigue dándolo todo en defensa, sea quien sea el rival que tenga delante, base, escolta o pivot) y a Pablo Laso, que se ha repuesto del despido de su cuerpo técnico. 

Porque lo de Laso es de traca: ocho títulos en doce finales de las quince posibles. Desde Ferrándiz y Lolo Sáinz no se ha visto nada igual.

Hagamos un poco de memoria baloncestística:

Año 1995: Antúnez, Arlauckas, Cargol, Sabonis, Martín, Biriukov, Lasa, Santos, Kurtinaitis, García Coll, Skeeter Henry, Romero, Ferrer y Silva

Año 2015: Chacho, Llull, Campazzo, Carroll, Rivers, Rudy, Maciulis, Nocioni, Reyes, Ayón, Slaughter, Mejri, Bouroussis.

Aunque la presencia del gran Arvidas Sabonis y de Arlauckas desvirtúa un poco el cuadro, podemos decir que la plantilla actual tiene más fondo de armario o que, al menos, no cuenta con ninguna superestrella. Y aún así disfrutamos de su baloncesto atractivo y solidario. 

A por el triplete