29 de diciembre de 2013

Pedro Ferrándiz, genio y figura

Resulta que el Real Madrid de Pablo Laso ha superado el registro de victorias consecutivas que tenía el Real Madrid de Pedro Ferrándiz, con veinticuatro en este arranque de temporada y repartidas en varias competiciones. 

Resulta que los medios de comunicación se han hecho eco de la noticia (un triunfo para nuestro deporte, sin duda), comparando ambos equipos, ambos entrenadores y ambas épocas.

Y resulta que Pedro Ferrándiz, genio y figura, ha dicho que le parece muy bien. Y que le avisen cuando alguien gane veintisiete títulos. 

¡Ahí, con par!

Porque Pedro Ferrándiz ganó doce Ligas, once Copas y cuatro Copas de Europa (de las de antes, cuando ganar a los soviéticos e italianos era una gesta épica). Entrenó a jugadores como Sainz, Sevillano, Emiliano, Brabender, Luyk, Aiken o Hightower. Es miembro del Salón de la Fama de la NBA y del Salón de la Fama de la FIBA. 

Para la Historia, con mayúsculas, del baloncesto, queda la autocanasta de Alocén en 1962 que evitaba una prórroga previsiblemente nefasta y que hizo a la FIBA cambiar las reglas del juego.  

Ains, lo que tenéis que aprender todavía


Un tipo singular, con un ego que no cabe en su menudo cuerpo, capaz de ir a ver a un partido del Estudiantes con el pañuelo de la Demencia en la cabeza, así como quien no quiere la cosa.

Evidentemente eran otros tiempos, en los que el Madrid jugaba en la práctica con tres americanos (el "legal" y los "españoles" Brabender y Luyk). El Barcelona trató de imitar la jugada con Norman y Carmichael, pero no se integraron ni de lejos como lo hicieron Wayne y Clifford, más españoles hoy que las pesetas.  Digo, que el Madrid no tenía rival en España y pocos en Europa (CSKA, Varese, luego Maccabi y poco más), así que recolectar triunfos era un poco más fácil.

Pero Pedro Ferrándiz era un adelantado a su tiempo.

Y se retiró porque, literalmente, se le salían los títulos de las orejas.




17 de diciembre de 2013

Simplemente la mejor

Hoy se despide del baloncesto en activo Amaya Valdemoro. 

37 años, 258 internacionalidades, unas cuantas medallas con la selección y toneladas de carácter para exportar a los cinco continentes y los siete mares.



Cinta perenne, puño en alto y gesto de rabia
No soy yo mucho de baloncesto femenino, pero Amaya ha hecho grande este deporte que amo, como la que más. Su figura es solo comparable a la de un Pau Gasol o a la de un Juan Carlos Navarro, los más grandes entre los grandes. 

Solo ella pudo recuperarse y volver a jugar a gran nivel después de romperse las dos muñecas bien pasada la treintena. 

Vaya aquí mi homenaje.

El trece de la buena suerte