2 de abril de 2015

Una vida con la Selección - Eurobasket ´95

Retomamos esta sección, que habíamos dejado con el mal sabor de boca del Mundobasket de 1994 y el famoso chinazo que, junto con el angolazo, constituyen los puntos más bajos de la historia moderna de la Selección.

En Grecia se celebró un nuevo Eurobasket en el año 1995 y allí que se dirigieron los chicos de Lolo Sáinz con el doble propósito de restañar esa herida y clasificarse para los Juegos Olímpicos a celebrarse el año siguiente en Atlanta. 

Además el campeonato tenía el aliciente de volver a ver a la selección de Yugoslavia en lo que era su retorno a la máxima competición tras el oro de Roma ´91 y los siguientes años de sanciones. Juntaron un equipazo que automáticamente se convirtió en uno de los máximos favoritos para el oro.

Las catorce selecciones participantes quedaron encuadradas en dos grupos de siete, de los cuales los cuatro primeros equipos se clasificarían para los cruces de cuartos de final. 

El grupo A lo conformarían Yugoslavia, Lituania, Grecia, Italia, Israel, Alemania y Suecia. Los plavi no defraudaron y ganaron todos sus partidos, quedando primeros de grupo. Lituania, con otro gran equipo, quedó segunda con 5-1. La anfitriona Grecia e Italia completaron en cuarteto de selecciones clasificadas, mientras que Israel (2-4), Alemania (1-5) y Suecia (0-6) fueron comparsas y apenas presentaron problemas a los anteriores.

El grupo B lo formaban, además de España, otro equipazo como Croacia, Rusia, Francia, Eslovenia, Turquía y Finlandia. Los croatas resolvieron bien sus partidos (+10 a España, +6 a Rusia, +9 a Francia) aunque sin demasiados alardes, y quedaron primeros de grupo con 6-0. Por detrás, un triple empate entre España, Francia y Rusia resuelto a favor de los nuestros (-11 con Francia, pero +16 con Rusia). Entre medias, tocó sufrir con Eslovenia (+3 y gracias, con partidazo de Herreros). 

El segundo puesto era un regalo envenenado que dirigía a los nuestros al choque con los griegos. Un gran partido de Christodoulou, Fassoulas y Ekonomou y la actuación parcial de los árbitros, hicieron estéril el esfuerzo de Herreros (15), Alfonso Reyes (13+12), Ferrán (14+7) y Smith (9+9). España quedaba fuera de semifinales por segundo Eurobasket consecutivo y debería luchar por el quinto puesto que daba acceso al Preolímpico. 

El resto de los cruces no deparó sorpresas: Lituania venció 82-71 a Rusia con Sabonis esplendoroso (33+14). Croacia a Italia (71-61) con Kukoc en plan estelar (24+10+3) y la selección de Yugoslavia destrozó a Francia (104-86) a pesar de los 38 puntos de Bonato. 

En semifinales, Lituania se deshizo de Croacia, haciendo estériles los 25 puntos de Radja y los 17 de Komazec en un partido gris de Kukoc, gracias a Sabonis (26+17), Marciulionis (27+7+4), Karnisovas (19) y el eterno Kurtinaitis (16). En el otro lado del cuadro, Yugoslavia derrotó a Grecia (60-50) en un partido bastante pobre.

La final estaba servida. Por un lado la resurgida Yugoslavia. Por el otro, la potente Lituania. El partido de la primera fase no significaba nada y ambas selecciones querían el triunfo por encima de todo. Nos ofrecieron un partido espectacular, uno de los mejores del baloncesto FIBA quizá hasta las finales olímpicas disputadas por España ante Estados Unidos. Lo tuvo todo: emoción (96-90 al final, 48-49 al descanso) y polémica (el equipo lituano estuvo a punto de retirarse por lo que entendían era un atentado arbitral; Djordjevic, sabedor de que su país necesitaba volver a sentirse ganador, consiguió mediar y que el equipo lituano volviera a la pista). 

Pero, sobre todo, fue un partido en el que las estrellas ejercieron como tales. Empezando por Marciulionis (32+6+6), Sabonis (20+8) y Karnisovas (19) para continuar con Bodiroga (12+4+3), Danilovic (23) y, sobre todos, Djordjevic (41 puntos, 9/12 triples, 40 minutos). 



Los plavi reconquistaron el trono que les fuera arrebatado por la fuerza en una demostración de carácter y calidad como pocas veces se ha visto y demostrando que, de no haber sido por las sanciones, hubieran dominado el baloncesto continental como no se veía desde los tiempos de la extinta Unión Soviética. 

Croacia remontó el partido a Grecia para llevarse el bronce, sobreponiéndose a un partido pésimo de sus teóricas estrellas y a la baja de Kukoc gracias a los secundarios Zuric y Mrsic.

Por su parte España las pasaba moradas para derrotar a Francia (75-74) gracias a Xavi Fernández y al mejor partido de Antonio Martín en el campeonato (18+11) ante el bajón de los que habían sido los principales baluartes del equipo. 

Nos jugábamos el todo por el todo ante Italia, pero si bien hacía unos pocos años estos duelos eran por títulos o medallas, en esta ocasión se trataba de un premio menor, el quinto puesto de la clasificación final. Italia supo valer su juego y el carácter de hombres como Pitis, Abbio, Fucka y Rusconi y derrotó a España (82-75) que se basó de nuevo en Herreros (22), Alfonso Reyes (16+16) y Ferrán. Una derrota que propició el castigo de faltar a unos Juegos Olímpicos después de cuatro participaciones consecutivas.

No fue el español el único fracaso pues Rusia (vigente subcampeona de Europa y del Mundo) quedó en séptimo lugar y fuera del Preolímpico. Esto precipitó que Alexander Gomelski proclamara que los Juegos tenían que contar, sí o sí, con Rusia. De poco le valió.

El mejor jugador del torneo fue Sarunas Marciulionis, máximo anotador y tercer asistente. Le acompañaron Sabonis (segundo anotador, mejor reboteador con un mejor registro de 23 rebotes ante Grecia)), Kukoc (máximo asistente), Christodoulou y Divac. El tremendo partido de Djordjevic en la final quedó sin premio.

Los elegidos plavi para la gloria fueron: Bodiroga, Danilovic, Obradovic (Sasha), Sretenovic, Paspalj, Beric, Djordjevic, Rebraca, Divac, Savic, Tomasevic y Koturovic. Nombres todos ellos en el recuerdo de cualquier aficionado.

Por Lituania: Homicius, Timinskas, Stombergas, Kurtinaitis, Sabonis, Karnisovas, Einikis y Marciulionis llevaron el peso del equipo. 

Por Croacia, que dio la sensación de haber podido hacer más, formaron nombres como Perasovic, Komazec, Kukoc, Alanovic, Vrankovic, Gregov, Mrsic o Radja.

Nombres destacados también fueron: Giannakis, Sigalas, Alvertis, Christodoulou, Fassoulas y Ekonomou (Grecia), Magnifico, Gentile, Abbio, Pittis, Esposito, Fucka y Rusconi (Italia), Babkov, Karasev, Bazarevich, Mikhailov, Fetisov y Panov (Rusia), Bilba, Rigaudeau, Bonato, Ostrowski y los hermanos Gadou (Francia), Jamchy y Henefeld (Israel), Welp y Okulaja (Alemania), Horvat, Zvdoc, Alibegovic y Milic (Eslovenia), Kutluay y Turckan (Turquía)

Los elegidos por Lolo Sáinz para representarnos fueron: Murcia, Orenga, Alberto Angulo, Galilea, Laso (asistente con 3,7 app), Mike Smith (máximo reboteador con 8,6 rpp), Xavi Fernández, Herreros (18,3 ppp), Alfonso Reyes, Ferrán y Antonio Martín. Este último se retiraría del baloncesto activo a los 29 años, dejando una sensación agridulce pues, aunque sus promedios no fueron excesivamente malos, la sensación de impotencia en el juego interior fue manifiesta. Afortunadamente Alfonso Reyes dio un paso adelante, aunque sus escasos dos metros de altura hipotecaban al equipo frente a selecciones bien armadas, ya que Ferrán y Orenga no fueron nunca unos pivotes al uso. 

No hay comentarios: