25 de julio de 2015

Una vida con la Selección - Mundobasket '98

El Eurobasket celebrado en casa, con más sombras que luces, al menos permitió a la Selección clasificarse para disputar el Mundobasket de 1998, celebrado en Grecia. 

Dieciséis selecciones se encuadraron en cuatro grupos de cuatro equipos cada uno. Tres se clasificarían en cada grupo, pasando a una segunda fase en la que jugarían con los otros tres clasificados de un segundo grupo, arrastrándose los resultados de la primera fase. A partir de ahí, eliminatoria pura desde los cuartos de final. 

En el grupo A los griegos hicieron valer el factor cancha con tres trabajadas victorias en las que no llegaron nunca a los diez puntos de margen. Los italianos, vigentes subcampeones de Europa, lograron dos trabajadas victorias ante canadienses y senegaleses, que se vieron eliminados con tres honrosas derrotas. 

El grupo B era el del campeón europeo, subcampeón mundial y máximo favorito para la victoria final: la Yugoslavia de Bodiroga. Una cómoda victoria ante Puerto Rico (+14) y otra en la prórroga ante Rusia (+8) fueron el preludio de la paliza a Japón (+44). Evidentemente, rusos y boricuas se jugaron la segunda plaza, que fue para los primeros con un +13 en la última jornada. Los nipones fueron la comparsa del grupo. 

El grupo C era el de los americanos del lock-out. Al haber un cierre patronal NBA, los de USA Basketball decidieron jugársela con jornaleros de Europa. La primera en la frente, quedaron segundos de grupo al ceder ante Lituania por un ajustado 84-82. El tercer puesto fue para la devaluada Brasil, que sufrió lo indecible para ganar 76-73 a Corea del Sur. 

Y en el grupo D estaban nuestros chicos. La victoria contra Nigeria en la jornada inaugural, más trabajada de lo esperado (80-68) fue seguida por dos victorias por la mínima ante Australia (77-76, con tiros libres de De la Fuente, que no fue nunca un especialista) y Argentina en la prórroga (68-67, después de que Espil casi finiquitara el partido). Las sensaciones no eran las mejores, pero al menos se ganaba. 

En la segunda fase, Italia dio la sorpresa al vencer a Yugoslavia (61-60), lo que le valió la cuarta plaza del grupo. Rusia se encaramó a la segunda plaza al vencer en sus tres partidos, mientras que Grecia solo tuvo que ganar a Puerto Rico para alcanzar la tercera plaza. 

España comenzó la segunda fase con victoria, cómoda, ante Brasil (78-68), pero se tropezó ante los mercenarios curtidos en mil batallas de Estados Unidos (73-75), que finalmente fueron primeros de grupo. El último partido, ante Lituania, decidía la segunda plaza que al final fue para los nuestros al vencer en la prórroga (86-80). El premio, jugar contra los anfitriones en cuartos de final. 

David Wood, uno de los tíos más duros que he visto
en una cancha de baloncesto

En un duelo caliente, Rusia acabó venciendo a Lituania (82-67). Estados Unidos venció a Italia con sufrimiento (80-77) y Yugoslavia a Argentina en un partido trabado (70-62). Pero más trabado aún fue el España - Grecia, en el que una vez más mandó el infierno griego que condicionó la labor arbitral y desquició a Herreros. Con su mejor arma fuera de juego, España sucumbió con honor (62-69), enviando un mensaje de lucha, coraje y determinación como no se veía en años. 

A partir de ahí, Rusia derrotó a Estados Unidos (66-64), mientras que el crédito se le acabó a Grecia (eso o es que a Yugoslavia no había bemoles a hacerle lo que a España), que fue derrotada por los plavi por 73-78 y luego arrasada por EEUU en la lucha por el bronce (84-61). En la final, Rusia se lo puso muy difícil a Yugoslavia, que logró ganar el campeonato con un marcador paupérrimo (62-64 para los plavi). 

Nuestros chicos se volvieron a enfrentar a los argentinos, ganando esta vez con más claridad (77-64) y luego se jugaron la quinta plaza contra los italianos, ganando también por 64-61.

Dejan Bodiroga fue nombrado mejor jugador del campeonato y le acompañaron en el quinteto su compatriota Rebraca, el italiano Fucka, el ruso Karasev y nuestro estilete Herreros, que además fue máximo anotador del campeonato. 

A Bodiroga y Rebraca les acompañaron Scepanovic, Sasha Obradovic, Loncar, Beric, Djordjevic, Drobnjak, Bulatovic, Tomasevic y Topic, dirigidos todos ellos por el gran Zeljko Obradovic. Un equipo talentoso pero cicatero, más pendiente de controlar el tempo del partido para sacar ventaja del genio Bodiroga, que para aquel entonces ya estaba bastante por encima de Djordjevic. 

La Rusia de Sergei Belov estaba plagada de nombres ilustres. Además de Karasev estaban Kudelin, Pashutin, Tikhonenko, Babkov, Mikhailov, Morgunov, Panov o Nosov. 

A Rudy Tomjanovich le dijeron en Estados Unidos que iba a mandar otro poortaviones y lo que le dieron fue una patrullera. No obstante, el talento de aquellos jugadores y, sobre todo, su oficio, valieron un trabajado bronce. Resuenan en la memoria nombres como Trajan Langdon (leyenda en el CSKA), Jimmy Oliver (que aquel año había jugado ACB en el Huelva), Wendell Alexis (ex Real Madrid y leyenda del Alba de Berlín), Gerard King, David Wood (jugador blanco, luchador y mítico componente de Barcelona, TAU, Unicaja y Fuenlabrada, entre otros) y el joven Brad Miller (no entró en el draft de aquel año y jugó en Italia antes de una brillante carrera en Chicago y Sacramento.


Wendell Alexis o la antítesis de Wood, todo elegancia

El equipo español estaba en plena renovación. Quizá algo corto de talento, se encomendó a la defensa y a la eficacia ofensiva de Alberto Herreros (17,9 puntos en 33 minutos), la solidez de Alfonso Reyes (11,6 puntos y 7,2 rebotes en 27 minutos) y la dirección del boquerón Rodriguez (8,3 puntos y 3,2 asisntencias en algo más de 23 minutos).  A partir de ahí, un grupo joven y esforzado. La estrategia salió bastante bien, dado el resultado (hasta entonces el segundo mejor de nuestra Historia) y la imagen ofrecida. Acompañando al muchacho de Fuencarral estaban Angulo, Rodilla, Azofra, Orenga, Nacho Rodríguez, Carlos Jiménez, De la Fuente, Paraíso, De Miguel, Reyes y Dueñas. 

Se da la circunstancia de que Rodrigo de la Fuente se convirtió en el segundo español, tras Iturriaga, en ser internacional en todas las categorías. En ese campeonato también debutó Carlos Jiménez, el que fuera capitán de la época dorada y cuya retirada ha dejado un hueco en el puesto de alero alto que todavía hoy, siete años después, no se ha podido cerrar. 

En la siguiente entrega veremos cómo España se asomó al abismo.

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