19 de octubre de 2011

Caras del lockout

No me apetece demasiado hablar del lockout. Para el común de los mortales, con la que está cayendo, es surrealista que unos tipos, a cual más millonario, se enfrenten por un quítame allá 400 M$. Vamos, que ya los quisiera yo, pero esto se debe a la escala a la que nos referimos: lo que para mí es una fortuna para otros es calderilla.

Todo esto lleva a que ya se ha cancelado una quincena y, quizá hoy, se cancele el primer mes completo. Como una agonía. Unos y otros pueden tener razón: los jugadores porque merecen una parte significativa de aquello que contribuyen a crear; las franquicias, porque el pretendido tope salarial que iguale la competición, al final es un colador que permite a los equipos más poderosos invertir millones de dólares para crear un superequipo. Al final, desde fuera, todo se reduce a unos cuantos ceros.

Luego los hay que quieren hacer su agosto en octubre. El amigo Kobe se deja querer por la Virtus de Bolonia, con cifras mareantes. Que si dos millones al mes, que si un millón solo por un partido o dos, que si... ¿Pero de qué van estos tíos?

Por eso, no quiero hablar de estas miserias, sino de ejemplos que merecen la pena conocerse y que clasificaré de menos a más importante:

Pau Gasol afirma que no es justo firmar por un equipo y dejarlo tirado a mitad de temporada. Eso mismo pienso yo, la verdad, pero que lo diga uno que puede salir beneficiado, y de qué forma, de la situación, tiene su aquél. Una vez mas, Gasol ha dado un ejemplo de mentalidad y saber estar. Mientras tanto, mete miedo entrenando con el Barcelona, pagándose de su bolsillo la prima del seguro.

Tony Parker jugará en el Asvel Villeurbane por 1.500 € al mes. No es una errata, el tío va a ser mileurista. El equipo es prácticamente suyo (se dio la paradoja de que echó al que luego sería su seleccionador, Vincent Collet). Permitirá disfrutar a los aficionados, las arcas del club no se resentirán y es otro que se paga el seguro de su bolsillo.

Fuente: Wikipedia
Andrei Kirilenko ha fichado por el CSKA (y ha destrozado ayer al Zalguiris). Este cobra, pero no se cuánto. Lo que sí se es que dona la totalidad de su sueldo a una ONG. Ahí queda eso.

Debemos sentirnos orgullosos de estos tíos, ídolos de muchos y con una cuenta corriente que asusta. Y de que sean dignos embajadores de la Vieja Europa y su baloncesto. No los verás con pendientes de diamantes, pulseras o collares de oro. Pero tampoco los veras arrastrándose por la cancha tras tirar sus millones.


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