30 de julio de 2023

Garra

Es conocida la afición de Adam Sandler a nuestro deporte preferido y bastante habitual verle en pachangas en la calle o en pabellones, con un look particular y un estilo callejero que le asemeja con un Allen Iverson de DIA. 

Calidad de su juego y su estética aparte, tenemos que agradecerle que el baloncesto haya sido protagonista en NETFLIX y se estrenara Garra. Sandler hace de un ojeador de los Philadelphia 76ers en busca de talentos por todo el mundo. Asentado y respetado en su trabajo, el propietario le ha confirmado que le dará la oportunidad de sentarse en el banquillo en la próxima temporada, pero su fallecimiento repentino hace que la franquicia quede en manos de su hijo, más orientado a los beneficios y bastante lejos del sentimiento old school de respeto a la palabra dada y amor al deporte.

 


 

Asqueado, deja su puesto en el equipo y a modo de freelance continúa viajando hasta dar con un diamante sin pulir en una cancha callejera de ¡España!. Ahora mismo no recuerdo si se dice que se trata de Barcelona o Palma de Mallorca, pero la estética y la fauna que se ve alrededor de la cancha está más cerca de cualquier barrio latino de una ciudad cualquiera en los Estados Unidos (una muestra más de la ignorancia infantil a la que los estadounidenses nos tienen acostumbrados en cuanto a geografía global). 

En esa cancha de discutible etnicidad, el personaje de Sandler se encuentra con Bo Cruz, un muchacho tatuado hasta las cejas que juega por dinero en canchas de cemento y cuida de su hija y de su madre. La particularidad que hace Garra una película cercana es que Bo Cruz es el alter ego de Juancho Hernangómez.  

La película es una de tantas cintas de superación y sueño americano a las que nuestros amigos yanquis nos tienen acostumbrados y que suelen apelar a la fibra del espectador con historias más o menos lacrimógenas y con inevitable final feliz. Garra no se separa de este trazado ni una pulgada, hasta que el bueno de Stanley consigue que Bo Cruz sea drafteado por los Boston Celtics. 

Tampoco se olvida de que una buena historia necesita un villano. En este caso se trata de Kermit Wilts, un hablador de basura que humillará a Bo y le llevará al siguiente nivel de competitividad que tanto gusta al otro lado del charco. Kermit Wilts tiene la suerte de tener las habilidades baloncestísticas y las facciones de Anthony Edwards, estrella de los Wolves.

 

Quién sabe si Bo y Kermit se enfrentarán este año en el Mundobasket, defendiendo a sus selecciones. 

Además de ser una película entretenida y que se ve bien, uno de los atractivos de Garra es el largo listado de cameos relacionados con el mundo del baloncesto. Desde Scariolo y el equipo nacional al completo, pasando por el Dr. J, Maurice Cheeks, Brad Stevens, Moritz Wagner, Michael Porter Jr., Kyle Lowry, Mathisse Tybulle, Seth Curry, Nowitzki... y Boban Marjanovic que hace gala de su talento para la comedia. Os invito a entrar en la página de Garra en imdb y echar un vistazo a todos los jugadores que aparecen, algunos fugazmente. De hecho, ver la película se convierte casi en un juego de reconocer los que van saliendo. 

Con una duración inferior a dos horas, Garra entretiene. Además, según he podido leer, los diferentes entrenamientos que vemos en pantalla son bastante reales y utilizados por los profesionales de esto, así que aprenderemos un poquito. 

En imdb tiene una nota de 7,3, lo que completa el cuadro para que sea una cinta imprescindible para cualquier aficionado al deporte de la pelota naranja (o tricolor).

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