8 de junio de 2014

Una vida con la selección - JJOO Barcelona ´92

Tras el regalo del bronce conseguido en el Eurobasket del año anterior, el baloncesto español se enfrentaba a uno  de sus mayores retos: hacer un buen papel en unos Juegos Olímpicos organizados en casa. Por desgracia y como se verá, no afrontaba ese reto en sus mejores momentos. 

La preparación para la cita de las citas tampoco fue demasiado tranquila. La temporada siguiente sería la primera con tres extranjeros por equipo, en una época en la que los quintetos titulares aglutinaban la mayor parte de los minutos de juego. El sindicato de jugadores convocó varias jornadas de huelga que, queramos o no, repercutió en la preparación física y en la concentración del grupo. 

Pero si por algo serán recordados esos Juegos Olímpicos, no ya en la categoría del baloncesto, sino a nivel global, es por la participación de los jugadores profesionales de la NBA. Los estadounidenses no se andaron con chiquitas y organizaron el mejor equipo de baloncesto que ha habido y, probablemente, habrá nunca: el Dream Team. Un nombre muy del gusto americano, pero que se convirtió en icono del deporte mundial, no solo por su superioridad en la cancha sino por las relaciones públicas: te arrollaban, sí, pero de tal forma que hasta te daba cierto gusto... y no querías otra cosa que hacerte fotos con ellos. 

La Tríada Capitolina de aquel entonces


Eran también la primera competición internacional tras la disolución de Yugoslavia y de la Unión Soviética. Los croatas mantuvieron el orgullo de su baloncesto, mientras que los lituanos compitieron por primera vez como nación independiente desde hace más de cincuenta años. Los antiguos soviéticos lo hicieron bajo bandera olímpica formando parte de la CEI (Comunidad de Estados Independientes).

Ambas selecciones se encuadraron en el grupo B: CEI, Lituania, Australia, Puerto Rico, Venezuela y China. La diferencia entre las cuatro primeras con las otras dos fue insalvable, y la Comunidad vención cómodamente a Lituania, en una especie de revancha histórica, el primer partido oficial entre ambas selecciones, remontando doce puntos de ventaja lituana al descanso y anotando 66 puntos en la segunda parte.

El grupo A (España, Croacia, Brasil, Alemania, Estados Unidos, Angola) estaba más igualado, con solo la selección africana como invitado de piedra. Se especulaba mucho si las normas FIBA, tan distintas a las NBA, podrían mermar el potencial americano. Ridiculeces. Eran tan buenos que habría dado igual si hubieran jugado con reglas recién inventadas. Terminaron la primera fase con cinco victorias (+68 con Angola y +48 al descanso, +33 con Croacia y +17 al descanso, +43 con Alemania y +35 al descanso, +44 a Brasil y +19 al descanso, +41 a España y +30 al descanso). Una diferencia media de 45,8 puntos, la más alta desde Roma ´60. Tremendo.

Croacia fue segunda de grupo, derrotando con solvencia al resto de selecciones terrenales. El tercer puesto fue para Brasil, con victorias solo ante Angola y Alemania, siendo los teutones la última selección con pase a cuartos de final. 

¿España?

Todo fue mal desde el principio. Derrota ante la Alemania de Welp y, sobre todo, Schrempf (por aquella época, el mejor jugador no americano de la NBA, probablemente), por 74-83. Recuerdo que este partido lo oí por la radio durante un viaje a León, intermitemente por la falta de cobertura subiendo el puerto de Pajares. La sensación de frustración fue enorme... No imaginaba lo que faltaba por soportar...

La siguiente jornada, victoria por la mínima (101-100) ante Brasil, uno de los supuestos candidatos a los puestos de honor. La cosa parecía arreglarse, aunque una brillante primera parte estuvo a punto de no ser suficiente ante la borrachera anotadora de Óscar. 

Las sensaciones se consolidaban y mejoraba otro poco tras una competida derrota contra Croacia (79-88), pero todo se derrumbó el 31 de julio de 1992. Debería haber sido un mero trámite que nos hubiera clasificado para Cuartos sin brillantez, pero fue una pesadilla. La selección de Angola barrió a los nuestros (63-83 al final, tras el 36-37 del descanso) sin que nadie, ni jugadores ni seleccionador, dieran un paso adelante. Humillación final que hizo que la fiesta del partido final ante el Dream Team fuera menos fiesta. 

En nuestros Juegos Olímpicos, hasta hoy todavía la actuación más brillante de nuestro deporte, nuestro baloncesto se enfangaba en el lodo de la lucha por el noveno puesto, el primero de los torpes. Venezuela fue un trámite. Angola nos volvía a esperar en el partido decisivo. Esta vez ganamos (78-75), pero una tangana final desmereció muy mucho la revancha...

¿Qué hacían mientras tanto los buenos?

Estados Unidos seguía a los suyo (+38 a Puerto Rico en cuartos de final y +51 a Lituania en semis). Por el otro lado del cuadro, Croacia endosaba un 98-65 a una gris Australia y sabía sufrir ante la CEI para ganar 75-74 en semifinales. 

En la lucha por el bronce, los lituanos se vengaron, esta vez sí, de los antiguos soviéticos, venciendo 82-78. La final fue una fiesta del baloncesto, con una Croacia que aguantó unos 10 minutos a los profesionales para ceder un 117-85 final (el margen más estrecho conseguido por los americanos). 

Trece nombres para la Historia: Charles Barkley, Larry Bird, Clyde Drexler, Patrick Ewing, Magic Johnson, Michael Jordan, Christian Laettner, Karl Malone, Chris Mullin, Scottie Pippen, David Robinson, John Stockton, Chuck Daly.

El tiempo no pasa... en balde

Los mejores del resto del mundo: Drazen Petrovic, Perasovic, Cvjeticanin, Kukoc, Alanovic, Arapovic, Tabak, Vrankovic, Gregov, Komazec, Radja, Naglic

Los nuevos independientes: Homicius, Kurtinaitis, Iovaisha, Einikis, Sabonis, Karnisovas, Marciulionis...

Otros para el recuerdo: Schrempf, Oscar, Conceiçao...

Los humillados: Herreros, Jiménez, Andreu, Villacampa, José Ángel Arcega, Biriukov, Orenga, Epi, Rafael Jofresa, Aldama, Tomás Jofresa, Xavi Fernández. Antonio Díaz - Miguel se vería obligado a abandonar el barco que había guiado durante más de veinticinco años.

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