Segundo partido de preparación y paliza a Alemania (85-54). Un baño en toda regla.
Se han mejorado cosas y se ha podido ver lo que parece ser lo que Orenga quiere: un equipo alegre que amenaza desde el exterior, basado en la polivalencia de sus jugadores y la creatividad de gran parte de ellos.
Eso está bien si los tiros entran. El pasado sábado sí lo hicieron, pero ¿qué pasa cuando no lo hagan?
No perdamos la perspectiva. Alemania, por mucho que digan los comentaristas, es un equipo mediocre que se basa en dos jugadores como Schafartzik y Benzing, bien para nivel medio pero limitados para jugar a alto nivel. El tan publicitado Tibor Pleiss es un espigado jugador que no tiene cuerpo para luchar en la jungla de la zona.
Pues ese equipo mediocre, además de ser apalizado, sacó a la luz algunas carencias del juego de España. La debilidad interior se antoja decisiva, sobre todo en los minutos en los que Gasol no está en pista. Aunque España atrapó más rebotes que Alemania, en algunas fases del partido los jugadores alemanes camparon a sus anchas por la zona.
Por lo demás, se ve que Germán Gabriel todavía no está. Lo necesitamos para completar la rotación interior. Rey no jugó, al parecer por problemas físicos, así que España está ahora mismo con un solo pivot puro efectivo.
Claver ha mejorado. 8 puntos y 5 rebotes llevaron su firma. Espero que sea la tendencia del que debe ser titular indiscutible (yo preferiría que jugando de 3 en lugar que de 4).
Mumbrú se ha adaptado bien, y da un punto de polivalencia muy necesario. Por el contrario, San Emeterio está bastante perdido.
En resumen, más luces que sombras en este partido. Está por ver si se debe más a los deméritos de los alemanes que al buen hacer de los nuestros. Mañana, los macedonios nos pondrán a prueba.
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