Después de solo tres años de los JJOO de Tokio, el baloncesto español vuelve a poner a sus dos selecciones, masculina y femenina, en el foco. Ambas selecciones llegan con inercias distintas y el punto en común de haber ganado su plaza en sendos preolímpicos agónicos.
La selección femenina llega tras conseguir la plata en el último Eurobasket en 2023, pero haber podido participar en el Mundobaket de 2022. Inmersa, como la selección masculina, en un relevo generacional y fichando a una interior norteamericana sin vínculos con el país (Megan Gustafson, elegida por encima de la tradicional Astou Ndour). Pocas caras nuevas, aunque a diferencia del equipo masculino sí parece que las jóvenes vienen con pujanza, tanto las que están como las que se han quedado a las puertas, como la ilusionante asturiana Iyana Martín o la prometedora inteerior Awa Fam
El estandarte será de nuevo Alba Torrens, una de las mejores jugadoras de nuestra historia, que estará presente en sus cuartos JJOO, todo un hito.
Las opciones de medalla, siendo realistas, son escasas y estar en semifinales sería ya un éxito.
Con estas doce, nos la jugamos |
En cuanto al baloncesto masculino, venimos de un Mundobasket en el que no se pudo llegar a la fase eliminatoria a pesar de tener dos balas, malgastadas frente a Canadá (asumible) y Letonia (no tanto). Menos mal que el torneo Preolímpico fue en casa y casi hecho a medida, a pesar de haber ganado con apuros todos los partidos menos el de Líbano.
El sufrimiento permitirá a Rudy Fernández estar presente en sus sextos JJOO, más que nadie en el baloncesto masculino, poniendo en relieve dos décadas de presencia en la élite desde que debutara en los JJOO de Atenas 2004, de infausto recuerdo.
Tampoco hay caras nuevas sobre lo que hemos estado llevando a los últimos torneos. Parece que hay poco donde elegir.
Lo peor, que los que deberían ser teóricos referentes no están a la altura de lo que fuimos y que Scariolo lleva unos años intentando dar con la tecla para compaginar la fortaleza defensiva de algunos de los nuestros con el talento ofensivo (y nulidad en defensa) de otros. La endeblez en el rebote en aro propio que hemos visto ante selecciones netamente inferiores, pasará factura. Y el paso atrás aparente de los jóvenes llamados a ocupar puestos importantes en el futuro, no invita al optimismo a corto plazo.+
Con estos doce, nos la jugamos |
Lo mejor, que la sola presencia de Lorenzo Brown (otro americano nacionalizado sin vínculos con el país) aumenta mucho el suelo del equipo (y de Willy Hernangómez). Fiarlo todo a un jugador parece arriesgado. Lo es, pero parece que no hay más, porque Aldama todavía está lejos de crear puntos por sí mismo con regularidad, Willy te quita en defensa lo que te aporta en ataque y el resto es demasiado irregular.
La libreta de Scariolo debería poder darnos algún punto extra, pero está por ver que sea suficiente. Un grupo muy exigente de inicio (Canadá, Grecia, Australia) y la presencia de EEUU y Serbia en otro grupo. hace pensar que una sola victoria sería suficiente para clasificarnos como uno de los dos mejores terceros. A partir de ahí, jugárselo todo partido a partido, aunque parece que España, a día de hoy, está un escalón por debajo del resto de potenciales equipos de Cuartos de final.
Pasar la fase de grupos es el mínimo exigible a este equipo, por nombre y prestigio adquirido, pero el techo parece estar en jugar (y esperemos que competir) el partido de Cuartos.
A partir del próximo fin de semana empezaremos a sufrir con los nuestros y con las nuestras. Me temo que será mucho de eso, y poco disfrute.