Fin de temporada en la NBA y victoria, esta vez sí, de los San Antonio Spurs. Bastante más fácil de lo previsto, todo sea dicho.
Y es que el resultado final (4-1) no es más que el reflejo de la abrumadora superioridad demostrada por los tejanos durante toda la serie y gran parte de la temporada (recordad que venían con un registro de 62-20 al final de la temporada regular).
El enfrentamiento de dos ideologías totalmente contrapuestas. Por un lado, un equipo de un mercado pequeño, construido en torno a uno de los mejores cuatros de todos los tiempos (si no el mejor), a base de jugadores de equipo, de una labor de buceo del talento en el draft (solo Timmy fue elegido en la lotería), solidario en ataque y en defensa, con nueve jugadores internacionales, con el banquillo mmás productivo, y con un entrenador que lleva toda la vida en el equipo. Además de ser uno de los equipos más baratos de la Liga.
Por otro lado, un equipo construido a base de talonario, alrededor de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos (si no el mejor), con otros dos superjugadores (bueno, cada vez menos..., sobre todo Wade), con un grupo de jugadores y veteranos de relleno fuera de su Big Three, el peor equipo de la Liga en el rebote, uno de los equipos más caros y con un entrenador joven que ha tenido la suerte de llevar a estos tres fenómenos en la plenitud fisica de Lebron James.
Lo sé, no puedo disimular mi simpatía por los Spurs, pero es que se merecieron este título desde aquel triplazo del traidor Ray Allen en el sexto partido de las series finales. El baloncesto quiso darles otra oportunidad y esta vez no han necesitado más.
Por el lado de Miami, se abren muchas interrogantes. Bosh nunca ha demostrado el caché que se suponía en Toronto y siempre ha sido "el tercero" en discordia. Pero llama la atención el bajón físico y de juego de Wade, que ha dejado muy solo a Lebron James y ha dejado claro que un solo jugador, por muy bueno que sea, no gana campeonatos. Es curioso lo de Wade, sí, más teniendo enfrente a un "anciano" como Ginóbili, que ha dado una lección de baloncesto con 37 tacos, y a un tipo con sobrepeso como Diaw, pero que juega como los ángeles.
Los San Antonio Spurs se convierten en un equipo de leyenda. Cinco títulos en seis finales en quince años.
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