23 de junio de 2013

Fin de temporada 2012/2013

Bueno, ya han terminado las que se consideran más potentes competiciones del mundo: la ACB y la NBA (el orden lo pone cada uno...).

En ambos casos se ha tenido que llegar a un agónico último partido (el quinto, en el caso patrio; el séptimo, al otro lado del charco), en ambos casos ha ganado el equipo considerado favorito (el Real Madrid y el Miami) y en ambos casos el mejor jugador ha resultado ser un clásico (Felipón y LeBrón). 

Ese podría ser el resumen acelerado de las finales. Pero hay muchas cosas que podemos comentar, más en el caso de la ACB que en el de la NBA, sobre todo por aquello de la proximidad y la cobertura de TV. 

Empezamos por casa:

  • El Madrid ha sufrido demasiado para vencer a un Barcelona que no encontró su ritmo en toda la serie, pero que aún así se las arregló para ganar dos veces, una de ellas en Madrid. En cada uno de los cinco partidos, el Barcelona rondó los 72 puntos, lo que se antojaba poco en principio para competir con el Madrid.
  • El criterio arbitral ha sido, por lo menos, errático. El primer partido se comieron una posible falta a Sada que podía haber decidido. No pasa nada, porque en el segundo lo compensaron comiéndose dos faltas a Carroll en el último tiro. En el cuarto, con 65-61 para el Barcelona, dieron balón al Barcelona en una clara fuera de Tomic. Tángana y técnica y adiós al partido.
  • Mirotic ha defraudado como jugador franquicia, por muy buen último cuarto del tercer partido que tuviera. Se le ha esperado y ha aparecido con cuentagotas.
  • Rudy Fernández no es tan bueno como él se cree. No es un líder, pero sí un muy buen secundario cómico. Su 1/25 de triples en la final es sonrojante para un jugador de su nivel.
  • ¿Por qué el Madrid dejó marchar a Tomic?
  • Slaughter es un fiera de la defensa, que espero renueve el año que viene a pesar de empujar a la Guardia Civil...
  • Darden merece seguir. Ha dado mucho al equipo y su quinto partido ha sido muy bueno. Curioso, mide 1,94 pero parece bastante más alto. 
  • ¿Por qué Carlos Suárez juega los primeros 8 minutos y luego no vuelve a aparecer?
  • Jasikevicius es eterno y me los puso de corbata en el quinto. 
  • ¿Para qué fichó el Barcelona a Abrines?
  •  ¿Lorbek NBA? Ni de coña, hombre.
  • ¿Por qué Marcelinho juega con una cara de susto permanente?
  • Oleson es un crack. Ojalá hubiera jugado en el Madrid. 


Fuente: acb.com

  • ¿Por qué los entrenadores mantienen sus ideas, rotaciones y demás, fijas independientemente de cómo se desarrolle el partido? Tomic firmó un primer cuarto impresionante en el cuarto partido para que luego lo mandaran al banco y desaparecer. Jasikevicius estaba ganando el quinto partido y Pascual lo sentaba y lo sacaba sin aparente medida. Sergio Rodriguez juega solo los cuartos pares... Manda narices. Cuando un jugador está en racha hay que agarrarse a él hasta que eche los pulmones por la boca. Hace años las figuras jugaban 35 minutos y no pasaba nada; hoy juegan 24 minutos y dicen que hay muchos partidos... Manda narices, otra vez.



Fuente: acb.com


Y al otro lado del charco, poco hay que decir.

Que San Antonio perdió su oportunidad en el sexto partido, el que tenía que ganar sí o sí para llevarse un más que merecido quinto anillo. Ha faltado una mayor aportación de Ginóbili, al que parece que le han llegado todos los años de golpe. Seguramente si hubiera jugado a un nivel medio (para lo que es él), ahora estaríamos hablando de otras cosas.

Miami ha sacado partido del mejor equipo de su era reciente y de la plenitud de LeBron, un tío al que es imposible parar en el baloncesto mundial. Wade y Bosh están bastante mal, pero mientras el otro pavo se marque partidos como el sexto y el séptimo de la serie, seguirán ganando campeonatos. 

Encima es que los condenados tienen suerte: el triple de Allen para mandar a la prórroga el sexto; el partidazo de Battier con seis triples (¿cuántas veces lo habrá hecho en su carrera, el muy...?); el fallo clamoroso de Duncan, dos veces, con 90-88 en el último partido...


Fuente: acb.com


Yo iba con San Antonio y creí firmememte en la victoria hasta el sexto partido. El último día esperaba un milagro. Solo tres equipos han conseguido llevarse el título jugando el séptimo partido en cancha contraria.

Ahora toca esperar unos cuantos meses. Menos mal que tenemos el Eurobasket de Eslovenia para mantenernos entretenidos.

Pero esa es otra historia.


8 de junio de 2013

Veinte años sin Drazen

Un día como ayer, 7 de junio de 1993, Drazen Petrovic dejaba la vida en accidente de tráfico en las carreteras de Alemania. Tras clasificar a la selección de su país, Croacia, para el Eurobasket de ese año, último servicio al deporte de la canasta croata, un cúmulo de casualidades hizo que el vehículo de Petrovic (se dice que conducía su amiga) se encontrara en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Se ponía así un triste colofón a la carrera deportiva de uno de los baloncestistas más carismáticos de la vieja Europa. Un jugador que unía a su talento natural un afán de ser el mejor que le hacía trabajar como nadie. 

Sibenka Sibenik, Cibona Zagreb, Real Madrid, Portland Trailblazers y New Jersey Nets fueron sus equipos a nivel de clubs. Las selecciones de Yugoslavia y de la recién independiente Croacia se movieron al son que tocaba Amadeus. 



Un palmarés envidiable: dos Recopas de Europa (Cibona y Real Madrid), dos Copas de Europa, campeón del mundo en Argentina ´90, campeón de europa en el Eurobasket ´89 y ´91, subcampeón olímpico en Seúl ´88 (Yugoslavia)  y Barcelona ´92 (Croacia), infinidad de títulos nacionales... Un jugador como salen un puñado en cada generación.

Nunca fue santo de mi devoción, hasta casi el final de su carrera. Al principio no me gustaban las actitudes que tenía en pista (ese caballito humillante, los cánticos de "ala Madrid" en la final del 85 de la Copa de Europa, la provocación a Sabonis el años siguiente...). Luego vino a Madrid, siendo la indiscutible estrella de la liga, aunque no pudiera ganarla, y hacer saltar el electrónico tras anotar 62 puntos al Snaidero de Oscar y Gentile...

La fuga a Portland no ayudó, así como las actuaciones con la selección plavi durante sus primeros años... No, definitivamente Drazen Petrovic no estaba entre mis favoritos. 



Pero no pude dejar de rendirme a la evidencia de estar ante uno de los más grandes. Incluso en la NBA, tras dos años difíciles en Portland y tras su evidente transformación física en un tirillas con desparpajo a un mazas con desparpajo. Me cansé de ve exhibición tra exhibición; me enamoré de su juego con la selección yugoslava en el Mundobasket de Argentina ´90. Me enorgullecí de ser europeo tras verle tirar del carro de la selección de Croacia ante el Dream Team original, viéndole retar a un Michael Jordan en su plenitud y mostrando el camino a los Radja y Kukoc, que luego seguirían sus huellas en la mejor liga del mundo. 



¿Qué hubiera sido de su carrera, de no haber mediado el trágico desenlace? En su última temporada había promediado más de veintidós puntos por partido y un 45% en tiros triples, había sido elegido en el tercer mejor quintento de la NBA, su nombre había sonado con fuerza para el All-Star y había visitado los play offs con un equipo de New Jersey que contaba con él, Kenny Anderson y Derrick Coleman y la batuta de Chuck Daly como mejor activo. 

Todo lo que se pueda decir sería baloncesto-ficción. Como qué hubiera sido de Sabonis si no se hubiera roto el tendón de aquiles...

Aparte de las fotos o videos que puedan circular por internet, buscad el documental Once Brothers, que cuenta su historia con Vlade Divac y cómo se separaron sus caminos por causa del nacionalismo serbocroata.